El tercer sermón

SolLos muertos se acercaron como la neblina desde los pantanos y gritaron: «¡Continúa hablándonos del Dios supremo!» Abraxas es el dios que es difícil conocer.

Su poder es el supremo, pues el hombre no lo percibe en absoluto, El hombre ve el summum bonum (bien supremo) del Sol, y también el infinitum malum (mal infinito) del Diablo, pero no ve a Abraxas, puesto que es la Vida indefinible misma, que es la madre de lo bueno y lo malo.

La vida parece más pequeña y más débil que el summum bonum (bien supremo), por lo que es difícil pensar que Abraxas habría de reemplazar al Sol en su poder, que es la fuente radiante de toda fuerza de vida.

Abraxas es el Sol y también el abismo eternamente abierto de vacuidad, de quien disminuye y disimula; el Diablo.

El poder de Abraxas es doble. No podéis verlo, pues en vuestros ojos la oposición de este poder parece anularlo.

Lo que es dicho por el Dios-Sol es vida; Lo que es dicho por el Diablo es muerte. Sin embargo, Abraxas pronuncia la palabra venerable y la maldita, que es, al mismo tiempo, la vida y la muerte. Abraxas genera la verdad y la falsedad, el bien y el mal, la luz y la sombra con la misma palabra y la misma acción. Por lo tanto, Abraxas es verdaderamente el terrible.

Es magnífico como el león en el preciso momento en que derriba a su presa. Su belleza es como la de una mañana de primavera. En efecto, él mismo es el Pan mayor, y también el menor. Es Príapo. Es el monstruo del mundo inferior, el pulpo con mil tentáculos, es el retorcimiento de serpientes aladas y de la locura.

Es el hermafrodita del comienzo más inferior. Es el señor de sapos y ranas, que viven en el agua y se dirigen a la tierra, y que cantan juntos a mediodía y a medianoche. Es la plenitud, que se une a la vacuidad. Es la sagrada unión; es el amor y la muerte de él; es el sagrado y su traidor.

Es la luz más brillante del día y la más oscura noche de locura. Verlo significa la ceguera; conocerlo es la enfermedad; adorarlo es la muerte; temerle es la sabiduría. No resistírsele significa la liberación.

Dios vive detrás del Sol; el Diablo vive detrás de la noche. Lo que Dios crea de la luz, el Diablo lo arrastra hacia la noche. Sin embargo, Abraxas es el cosmos; su génesis y su disolución.

A cada don del Dios Sol, el Diablo le añade su maldición. Todas las cosas que vosotros pedís al Dios Sol generan una acción del Diablo. Todas las cosas que lográis a través del Dios Sol se suman al poder efectivo del Diablo.

Así es el terrible Abraxas. Es el ser manifiesto más poderoso, y en él la creación siente temor de sí misma. Es la protesta revelada de la creación contra el Pleroma y su nada. Es el terror que el hijo siente contra su madre. Es el amor de la madre por su hijo. Es el deleite de la tierra y la crueldad del cielo. El hombre se paraliza ante su rostro.

Antes que él, no existen preguntas ni respuestas. Es la vida de la Creación. Es la actividad de la diferenciación. Es el amor del hombre. Es la palabra del hombre. Es tanto el brillo como la sombra oscura del hombre. Es la realidad engañosa. Aquí, los muertos se lamentaron y se enfurecieron grandemente, pues aún eran incompletos.

Siete sermones a los muertos (Septem Sermones ad Mortuos)  Carl Gustav Jung El Tercer Sermón

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