ToltecaToltecas cultura Solar y Serpentina

En el sur de México, hace miles de años vivió un pueblo: Los Toltecas.

Los antropólogos han definido a los Toltecas como una nación o raza, pero en realidad, fueron un pueblo de artistas y científicos dedicados al estudio y preservación del conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados. 

Por eso algunos definen a los toltecas como un pueblo de mujeres y hombres de conocimiento.

Los Toltecas vivían a las afueras de México en la ciudad de Teotihuacan que significa lugar en el que el hombre se convierte en Dios y formaron una comunidad de conocimiento integrada por maestros y estudiantes. Los maestros recibían el nombre de naguales.

Durante milenios, los maestros naguales se vieron forzados a esconder su sabiduría ancestral y a mantener su existencia en secreto. Afortunadamente, el conocimiento esotérico tolteca fue conservado y transmitido de una generación a otra por distintos linajes de naguales hasta llegar a nuestros días. Gracias a ello, hoy podemos conocer y aprovechar las poderosas enseñanzas de los Toltecas.

Temario Gnóstico. "La Doctrina Secreta de Anahuac"

Si bien es cierto que debemos tener en cuenta en cualquier Sistema Gnóstico sus elementos helenísticos orientales, incluyendo Persia, Mesopotamia, Siria, India, Palestina, Egipto, etc., nunca deberíamos ignorar a los principios gnósticos perceptibles en los sublimes cultos religiosos de los Nahoas, Toltecas, Aztecas, Zapotecas, Mayas, Chibchas, Incas, Quechuas, etc., etc., etc., de Indo América.

Ostensiblemente, esta sabiduría extraordinaria que encontramos en las zonas arqueológicas nos invita a morir en sí mismos a fin de que el Ser se manifieste en nosotros.

Por el contrario, alejarse del Ser, continuar como Ego dentro de la herejía de la separatividad, significa condenarse a la involución sumergida de los Mundos Infiernos. Esta reflexión evidente nos conduce al tema de la "libre elección" gnóstica.

La gnóstica experiencia permite al sincero devoto saberse y autorrealizarse íntegramente. Entiéndase por Auto-Realización el armonioso desarrollo de todas las infinitas posibilidades humanas. No se trata de datos intelectuales caprichosamente repartidos ni de mera palabrería insustancial de charla ambigua. Todo lo que en estos párrafos estamos diciendo tradúzcase como experiencia auténtica, vívida, real.

No existe en las corrientes gnósticas el dogma de la predeterminación ortodoxa que nos embotellaría lamentablemente en una estrecha concepción de la deidad antropomórfica. Dios en griego es Theos, en latín Deus y en sánscrito Div o Deva, palabra ésta que se traduce como Ángel o Ángeles.

Aún entre los más conservadores pueblos semíticos, el más antiguo Dios de Luz, El o Ilu, aparece en los primeros capítulos del Génesis en su forma plural sintética de los Elohim.

Dios no es ningún individuo humano o divino en particular, Dios es Dioses. Él es el Ejército de la Voz, la Gran Palabra, el Verbo del Evangelio de San Juan, el Logos Creador, Unidad múltiple perfecta. Auto conocerse y realizarse en el horizonte de las infinitas posibilidades, implica el ingreso o reingreso a la Hueste creadora de los Elohim. Y ésta es la seguridad del gnóstico, el Ser se le ha descubierto íntegramente y sus esplendores maravillosos destruyen radicalmente toda ilusión.

La abertura del Neuma o Espíritu divino del hombre encierra el total contenido Soteriológico. Si se posee la Gnosis de los grandes Misterios arcaicos es porque al dinamismo revelador del Ser algunos hombres muy santos lograron aproximarse debido a su lealtad doctrinaria.

Sin una previa información sobre Antropología Gnóstica sería algo más que imposible el estudio riguroso de las diversas piezas antropológicas de las culturas Azteca, Tolteca, Maya, Egipcia, etc. 

Samael Aun Weor.

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