Capítulo 5º La iniciación ALQUIMIA
Como todo método que conduce a la plena realización del Ser, la alquimia es una iniciación. No hay diferencia alguna entre el nacimiento segundo, la reintegración alquímica y la obtención de la piedra filosofal. Los misterios iniciáticos se establecieron con el fin de nacer a una nueva vida...
Aquellas almas; que estando en la búsqueda de su Dios interior, que no se conformaban con las enseñanzas dogmáticas e impositoras establecidas, que vislumbraron la posibilidad de entrar en el camino secreto, que se interrogaban sobre cuestiones metafísicas propias de inquietos investigadores, son los que buscando hallaron, pidiendo se les fue concedido y llamando se les fue abierta la puerta de la Iniciación.
Pues aquellas almas no tuvieron miedo al castigo o a la condena infernal, e impulsados por la sed que trasciende el escepticismo y el materialismo, siempre hallaron abierto el sendero esotérico.
Todos los libros sagrados hablan para los iniciados, así como las catedrales medievales que cual expresión literaria, fueron construidas por y para iniciados. Solo ellos podían ver, en donde aparentemente no había nada... “Las catedrales góticas tienen su fachada construida según las líneas esenciales del símbolo alquímico del espíritu, y su plano calcado de la huella de la cruz redentora.
Todas presentan, en el interior, esos atrevidos cruceros de ojivas cuya invención corresponde propiamente a los fracmasones, constructores esclarecidos de la Edad Media. De tal manera, que los fieles se hallan, en los templos medievales, colocados entre dos cruces, una inferior y terrestre y la otra superior y celeste, hacia la que aspiran, pero que sus miradas tan sólo no les permiten alcanzar”.
De esta manera nos ha ilustrado Fulcanelli sobre estas construcciones iniciáticas que fueron expuestas de manera pública, pero que, a la vez, escondían los secretos más buscados a los “que viendo no ven, ni oyendo no oyen”. Pues toda Obra sagrada tiene dos caras, una la del iniciado, que conoce los misterios, y la otra, la del ignorante que observa el dedo, pero nunca mira hacia donde éste señala. La iniciación es el nacimiento o comienzo a una nueva vida.
Se nace a una nueva espiritualidad, pero antes de que exista tal nacimiento, debe haber una muerte o renunciación a la vida existencialista, solo así, podrá ver la luz el neófito. Se le preguntó al Maestro Samael; ¿Es cierto que uno pasa las primeras iniciaciones inconscientemente? Y respondiendo dijo: “Son las primeras iniciaciones de Misterios Menores, son el sendero probatorio, lo fundamental en nosotros son las grandes iniciaciones, de Misterios Mayores, el trabajo en la Gran Obra”. Nos dice Fulcanelli:
“El día de Ramos o de Pascua Florida, los alquimistas tienen costumbre de emprender su Gran Obra”. El autor de la fuente de los enamorados de la ciencia, realiza un homenaje a la Naturaleza que dice así: Esta fuente de valor. Es de una Dama de honor. Que Naturaleza es llamada Y que debe ser muy honrada.
La anhelada iniciación era celebrada en tiempos lejanos por la comunidad entera. Sociedades que no habían degenerado, veneraban la iniciación en las fechas que la Naturaleza prefiere. Fiestas para los equinoccios o tránsitos cenitales acogían al neófito. Templos o cavernas eran utilizadas para las ordalías secretas. Lamentablemente la barbarie humana, hizo necesario el silencio...Así lo narra El Venerable Maestro Samael Aun Weor:
“En los misterios griegos de Eleusis existían bailes al desnudo y cosas inefables. La Magia sexual era la base fundamental de esos misterios. Entonces nadie pensaba en porquerías, porque el sexo era profundamente venerado. Los iniciados saben que en el sexo trabaja el Tercer Logos. En allende la noche de los siglos, los iniciados recuerdan todavía a Mitra entre los Parsis, Eleusis, Samotracia, Lemmos, Efeso, etc., entre los griegos.
Formidables fueron los colegios iniciáticos de Bibractis y Alexis entre los Galos Druidas. Inefables e indescriptibles por su belleza y esplendor resultaron los misterios de Helio polis en Siria; Tara en Irlanda, etc., etc., etc. Los Druidas sacerdotes de los Celtas, practicaban al decir de Plinio, la magia y los misterios en sus cavernas, según comprueban también César y Pomponio Mela.
Los austeros y sublimes Hierofantes Druidas, coronados de roble, se reunían solemnes bajo la pálida luz de la luna, para celebrar sus Misterios Mayores, especialmente en la Pascua de primavera, cuando la vida resucita pujante y gloriosa. Los colegios iniciáticos se cerraron en oriente con la barbarie militar de Alejandro y en el occidente con la violencia Romana. La ciudad de la Cote d ́or, junto a St. Reine, fue ciertamente la tumba para la iniciación Druídica, todos los Maestros y Sibilas fueron vilmente degollados por las hordas sanguinarias de Roma, sin consideración alguna.
Igual suerte fatal y dolorosa cupieron a Bibractis, la émula gloriosa de Menfis y siguieron en número de víctimas Atenas y Roma cuyo colegio iniciático contaba con 40.000 alumnos... Los misterios de Eleusis aún existen todavía secretamente. El gran iniciado Báltico, Von Uxkul es uno de los más exaltados iniciados de esa escuela. Nuestro sueño y ceguera queda manifiesto. Ya la confusión, es muy grande, el camino a seguir se torna oscuro, la sociedad lo repele. Debemos retirarnos y reflexionar sobre nuestra actual visión de la vida. Debemos analizar y apreciar con claridad los procesos existenciales y sus consecuencias.
No es suficiente con llegar al punto de partida del ser o del no ser. Hay que emprender una ruta segura y por ello no menos difícil. La perfección y la coronación de la victoria implican superación, comprensión y sobre todo decisión, así como una firme determinación de consumar lo iniciado. Porque en la iniciación no hay retroceso. Como dicen los evangelios apócrifos, debemos tener presente que, “no comeremos lo que ya hemos vomitado”.
Una vez que nos hemos decidido a entrar en el interior de nuestra tierra filosofal, tendremos que ahondar en nosotros mismos, comprendiendo todos los procesos mentales y emocionales, para llegar a la aceptación de nuestra realidad, y no estar viviendo bajo el prisma de la ilusión, que nos impide conocer tal realidad. Primero la teoría, luego la práctica. Conocer para osar. Conozcamos pues, los procesos alquímicos antes de trabajar en la cámara nupcial, de lo contrario podríamos profanarla o estaríamos operando a ciegas.
A diferencia de los Doce peldaños Alquimistas enunciados arriba por el Maestro Samael, y que comparten los mismos nombres, no debemos confundirlos con las siguientes Siete recapitulaciones, que son las que el iniciado debe pasar levantando, primero las serpientes de fuego y luego las de luz. La fijación de cada uno de los procesos está bajo la dirección del Ave Fénix, que renace de sus propias cenizas, cada vez más poderosa. El Ave Fénix, es el mismo Cristo, por lo que estas siete fases corresponden con las iniciaciones venustas.
1. Calcinación: El mercurio recibe el fuego sagrado y se convierte en mercurio azufrado o azufre mercurial S.A.W. La calcinación, es la primera fase. Ella implica someter a uno o varios minerales a un calor muy elevado para que se desprenda el agua, y las sustancias volátiles. Es necesario que los términos de expresión sean acordes a la terminología alquímica, con el fin de que el buscador, aprenda el lenguaje, la jerga científica de rigor. Que el buscador empiece a reflexionar en los términos propios del iniciado para no vulgarizar lo sagrado, y pueda ser aplicado en su vida.
2. Sublimación: De aquí en adelante hay que redoblar la vigilancia, cuidando la práctica, a fin de que no aparezca de nuevo la negrura, es decir, se debe refinar mucho el acto amoroso, con el propósito de sublimar ésta naturaleza. S.A.W. La sublimación, no es más que el paso directo de un cuerpo en estado sólido al estado gaseoso, por la acción del calor. De esta fase se desprende la completa aceptación del producto final de la calcinación.
3. Solución: El mercurio ya ha abandonado el color negro y se ha convertido en una solución sagrada, lista para recibir el fuego. S.A.W. La solución, es el líquido homogéneo resultante de la disolución, de cualquier sustancia. Líquido verificable en la transmutación de lo que pensamos, respiramos y comemos.
4. Putrefacción: Las aguas del alquimista son negras, simbolizadas por el cuervo negro. En éste escalón, el aspirante solo tiene mercurio bruto. S.A.W. La putrefacción, es el proceso de descomposición. Las crisis y el deber de los actos justos, deben posarse y descomponerse, para dejar el compuesto a merced del Ser.
5. Destilación: Dentro de las doce fases de la Gran Obra, es el de las de mayor importancia [ Los autores del siglo XVI se acostumbraron a representar esta operación mediante el simbolismo de un leproso con las manos atadas al dorso, a punto de ser decapitado por un verdugo, también leproso.]. S.A.W. La destilación, es la operación que tiene por objeto aislar por medio de la evaporización y la inmediata condensación, los componentes volátiles de una mezcla líquida, obteniéndose el agua destilada libre de impurezas. La paciencia debe ser consejera en ésta fase, porque en algunos iniciados cada fase demora más de lo que sería su gusto. “Y tan alta vida espero que muero porque no muero”
6. Coagulación: En esta etapa, el mercurio azufrado coagula en nuestra anatomía oculta, bajo la forma de cuerpos existenciales, primero el astral, luego el mental y más tarde el causal. S.A.W. La coagulación , es el resultado de la solidificación de una sustancia albuminosa. Aquí el iniciado empieza a ver los resultados del trabajo. Se condensan fuerzas y la gracia que llega de lo alto se complace en la virtud que nace bajo la tierra filosofal.
7. Tintura: La piedra filosofal o su acción sobre los metales viles. S.A.W. La tintura , es la acción de teñir, configurándose la obra en los colores clásicos de la alquimia: negro, blanco, amarillo y rojo o la púrpura de los reyes. Esta fase final, va indicando al iniciado los esfuerzos reiterados que debe operar en su materia o mercurio, como sello carismático del trabajo. Los alquimistas han denominado a su materia, el libro, porque su textura cristalina y laminosa está formada por hojitas superpuestas, como las páginas de un libro. Los capítulos o fases son llevados a cabo según la peculiaridad del iniciado, nada es mecánico. Debemos hacer que la originalidad del Ser, pueda brillar en el libro iniciático.
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