San Valentín

San valenti nValentín, fue un gran Maestro del Amor. Fue un primitivo Cristiano Gnóstico del Siglo II después de Cristo y fundó una gran escuela con ramas en Oriente y Occidente, denominada la de los Valentinianos. Estudiaba el Esoterismo Crístico en todos sus aspectos y enseñaba sobre el Milagro del Amor.

Su nombre ha perdurado hasta nuestros días como símbolo del amor, celebrándose en muchos países el “Día de San Valentín”, en la fecha 14 de Febrero, como Día de los Enamorados.

Valentín fue un gran Maestro de la Gnosis y fundó la escuela gnóstica más conocida del siglo II. Los valentinianos fueron gentes dedicadas a los estudios del esoterismo crístico en todos sus aspectos.
 

Valentín, alcanzó gran fama en su época y fueron muy grandes sus luchas por mantener la pureza de la Gnosis Cristiana. Sostuvo que Jesús fue gnóstico, en toda la extensión de la palabra y que la Iglesia Católica no podía interpretar las escrituras porque le faltaba la clave gnóstica.

La Iglesia Católica terminó excomulgándolo por hereje.

Según Krumm-Heller, la herejía consistía en poseer un conocimiento muy profundo y trascendente, junto con sus acreditadas virtudes; especialmente sus grandes poderes como mago, despertaron los celos y la ira de sus adversarios.

Sus libros fueron adulterados con el fin de velar su verdadera doctrina. Lo más conocido entre las enseñanzas de esta escuela es el llamado “Mito de Valentín” que sirve como modelo de mito, y queda plasmado, de una forma más o menos manifiesta, en todo sistema gnóstico definido.

El mito de Valentín nos muestra a los treinta Aeones Pleromáticos surgiendo misteriosos de entre el Espacio Abstracto Absoluto por emanaciones sucesivas y ordenadas en parejas perfectas. Es decir, del Absoluto emanan, en parejas perfectas, los creadores del Universo. Estos Cosmocratores son andróginos perfectos que emanan del “Agnostos-Theos”, del Dios desconocido que es el Absoluto.

Éstos son los Elohim de la Biblia que vienen a construir el Universo (“Elohim” se traduce como “Dios” en las variadas versiones que existen de la Biblia, aunque la traducción correcta sería “dioses y diosas” por ser un término femenino con terminación plural masculina: “Y el espíritu de los principios masculino y femenino se cernía sobre la superficie de lo informe y la creación tuvo lugar”).

En esta escuela gnóstica también se estudiaron y analizaron cuidadosamente los misterios del sexo. Los valentinianos conocieron el secreto lemúrico, sublimaron la energía creadora y lograron el desarrollo de ciertas posibilidades psíquicas que se hallan latentes en la raza humana. Ciertamente, Valentín fue un gran Iluminado, un gran Maestro en el sentido más completo de la palabra.

Evangelio de Valentín: El Evangelio de la Verdad. Este manuscrito originalmente en copto, es parte de la colección de Nag Hammadhi y se refiere a la verdad sobre el Padre, que es el hijo y es el Espíritu Santo, son las tres fuerzas primarias del universo.
 
Estas tres fuerzas constituyen en sí mismo al Padre (Osiris) que al desdoblarse se convierte en NEIT (la Madre) y de la unión de El y Ella resulta nuestro Jeshua particular, nuestro Jesucristo Íntimo quien debe entrar en nosotros, en nuestro cuerpo para salvarnos. El Padre (cada quien tiene el suyo, “hay tantos padres en el cielo como hombres en la tierra dice H.P. Blavatsky”) se expresa por medio del Cristo Intimo divulgando la doctrina del Salvador del mundo.
 
El Apóstol Pablo en sus epístolas, rara vez menciona al Gran Kabir Jesús o el Cristo histórico, siempre alude a un Cristo Íntimo, Jesús viene de la palabra hebrea Jeshúa que significa Salvador, El siempre va en brazos de su Madre (nuestra divina madre particular). El cristo Cósmico debe expresarse en el hijo (Horus).
 
El evangelio de la verdad es alegría para quienes han recibido del Padre de la verdad el don de conocerle, por el poder del Logos quien viene de la plenitud que queda dentro del pensamiento y la mente del Padre. Éste es él quien se llama el Salvador así siendo el nombre de la obra que él ha de hacer para la expiación de quienes eran ignorantes del nombre del Padre. (Mt 1:21, Jn 17, Hch 4:12)
 
De lo anterior debemos entender que el Logos o Cristo Cósmico da plenitud y expía nuestros pecados mediante el arrepentimiento y el Logos o Cristo Cósmico se transforma en salvador y se convierte en el dirigente de la Gran Obra.
 
Esto es el evangelio de quien se busca, que él ha revelado a los perfeccionados por las misericordias del Padre como el misterio secreto: ¡Yeshúa el Cristo! Él alumbró a quienes estaban en la oscuridad a causa del olvido. Los iluminó. Les dio un sendero y ese sendero es la verdad que él proclamó.
 
El Padre es el que da la sabiduría y el Cristo alumbra e ilumina, da luz a la oscuridad de las tinieblas de la ignorancia, debemos buscar el verdadero camino que conduce hacia la luz, el Cristo nos alienta espiritualmente.
 
Por eso el engaño se enfureció con él y lo persiguió para suprimirlo y eliminarlo. Fue clavado a un árbol,* se hizo el fruto del conocer al Padre. No obstante, no causó la muerte a quienes lo consumieron, sino que a quienes lo consumieron les dio un regocijo en tal descubrimiento. Porque él los encontró dentro de sí mismo, y ellos lo encontraron dentro de sí mismos: el inconcebible incomprensible, el Padre, este perfecto quien creó a la totalidad, dentro de quien la totalidad existe y de quien la totalidad tiene necesidad. Porque él había retenido dentro de sí mismo el perfeccionamiento de ellos, el cual todavía no había conferido en todos ellos. (*vis-à-vis ‘gnosticismo’; Jn 19:18, 14:20)
 
El estado actual de la humanidad no sirve para encarnar al Ser, solamente mediante el trabajo con los tres factores de la Revolución de la Conciencia, es posible lograr la perfección del Espíritu. La Esencia por sí misma jamás podría realizar toda la Gran Obra, necesitamos ser ayudados por las partes superiores del Ser. Todas y cada una de las partes del Ser son los poderes cósmicos de Pistis Sophia. A través del Cristo las diversas partes del Ser reciben la luz.
 
Es mediante la aniquilación budista (eliminación del ego o yo psicológico) que el Cristo libera a la Esencia, (los poderes de la luz), para verterlos en el interior del iniciado. En el Cristo Íntimo se integran el padre que está en secreto y nuestra divina madre Kundalini. En el Cristo Intimo se integran las 49 partes fundamentales, autónomas, auto-concientes y auto-independientes.
 
Así él llegó a ser un guía reposado y sosegado en el lugar de instrucción. El Logos vino al medio y habló como el maestro designado para ellos. Se acercaron quienes se consideraban a sí mismos como sabios, poniéndole a prueba pero él les avergonzó en su propia vanidad. Le odiaron, porque no eran verdaderamente sabios. Entonces, después de todos ellos, se acercaron también los niñitos, quienes conocen al Padre. Habiendo sido confirmados, conocieron las formas del rostro del Padre.
 
Debemos entender que el ego no es autónomo, ni auto-conciente y tampoco individual. El yo es una suma de yoes, las escrituras sagradas dicen que Jesús sacó del cuerpo de María Magdalena siete demonios, no hay duda de que se trata de los siete pecados capitales: ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza y gula.
 
Cada uno de ellos es cabeza de legión, así que tenemos muchos defectos, en el evangelio crístico se le pregunta al poseso por su nombre verdadero y él contesta: soy legión, mi verdadero nombre es legión.
 
Es en la calle, en la casa, en el trabajo diario donde esos defectos afloran espontáneamente y si estamos alertas y vigilantes, entonces los vemos, defecto descubierto debe ser comprendido a través de la reflexión y la meditación íntima del Ser y desintegrado con el poder de la divina madre Kundalini o el nombre que se le de.
 
Entonces cuando el conocimiento se acercó con todas sus emanaciones, aniquiló el engaño, el cual se vació en la nada. La verdad vino al centro, y todas sus emanaciones conocieron y abrazaron al Padre en verdad y se unieron con él en un poder perfecto. Porque cada uno que ama a la verdad, se pega con su lengua a la boca del Padre al recibir el Espíritu Santo. La verdad es la boca del Padre, su lenguaje es el Espíritu Santo junta a él en la verdad. Esta es la revelación del Padre y su auto-manifestación a sus eternos. Él ha revelado su secreto, explicándolo todo.
 

Dentro de cada yo-defecto hay cierta cantidad de esencia anímica embotellada, si se desintegra un defecto se libera esencia anímica, si se desintegran dos defectos se libera más esencia y si se eliminan todos, la totalidad de la conciencia queda libre y una conciencia libre es una conciencia despierta y podrá experimentar en forma directa eso que es lo real, eso que es la verdad, eso que está más allá del cuerpo de los afectos y de la mente.

Cuando a Jesús el Gan Kabir, Pilatos le preguntara: ¿Cuál es la verdad?, guardó silencio. Y cuando al Buda Gautama Sakyamuni (el príncipe Sidarta) le hicieron la misma pregunta dio la espalda y se retiró.
 
La verdad es lo desconocido de momento en momento, de instante en instante, solo con la muerte del ego adviene a nosotros eso que es la verdad. La verdad hay que experimentarla. Jesús el Cristo dijo: Conoced la verdad y ella os hará libres, nosotros debemos experimentarla directamente.
 
Él es el pastor quien dejó atrás las 99 ovejas no-perdidas, para buscar a ésta que se había desviado. Y se regocijó cuando la encontró. Ya que 99 es un número que se calcula en la (mano) izquierda, la cual lo enumera. Pero cuando se añada 1, la suma entera pasa a la (mano) derecha. Así acontece con aquél que le falta el Uno, el cual es la mano derecha entera él toma de la izquierda lo que es deficiente para transferirlo a la derecha, y de esta manera el número llega a ser 100. Pues la significación de lo que está dentro de estas palabras, es el Padre. (Mt 18:12-13, Tom 107)
 
Nosotros somos la oveja descarriada que perdió su hogar, exiliada de su patria, lejos de su verdadero Padre y sumida en el pozo profundo de la ignorancia y del error, al eliminar el ego pluralizado resurge el verdadero Ser.
 
Así todas las emanaciones del Padre son plenitudes y la fuente de todas sus emanaciones queda dentro de su corazón, de que todas ellas florecen. Él les confirió sus destinos. (¡Sal 139:16, Jn 5:19!) De esta manera se manifiesta cada uno, tal como por su propia meditación [vuelven] al lugar donde dirigen su pensamiento.
 
Ese lugar es su fuente, la cual los levanta por todas las alturas del cielo hacia el Padre. Alcanzan hasta su cabeza, que se hace el reposo de ellos. Y son abrazados al acercarse, al punto de que dicen que han compartido de su rostro en besos. Sin embargo, no se manifiestan así por exaltarse a sí mismos. Ellos ni carecen de la gloria del Padre, ni piensan que él sea trivial ni amargo ni furioso. Sino que él es benévolo, imperturbable y bondadoso conociendo a todas las dimensiones antes de que entren en la existencia, y sin necesidad de edificación.
 
Auto-conocimiento implica la eliminación radical del ego como trabajo previo y urgente, conocerse a sí mismo es haber logrado la identificación con el propio Ser Divinal. El Evangelio de la verdad de san Valentín señala la caída pleromática, surgiendo en forma misteriosa de entre el Espacio Abstracto Absoluto, es el mito gnóstico de Sophia, (la Divina Sabiduría), cayendo en regiones cada vez más inferiores, originando un mundo de amargura, el ego con sus deseos, pasiones, fornicación, etc. origina esta caída y la separación de la Divinidad. El Ser y el ego son opuestos, son como el agua y el aceite, no se mezclan.
 
Esforcémonos por descubrir, comprender y eliminar nuestros errores o defectos, busquemos en nuestro interior la sabiduría del Padre, el amor de nuestra Bendita madre, el iniciado suplica ayuda al Cristo Íntimo, nuestro Cristo Interno merece nuestra gratitud eterna. Obviamente este manuscrito nos invita a morir en sí mismos para que el Ser se manifieste en nosotros, de lo contrario caeremos en la involución sumergida en los mundos inferiores..
 
«Valentín y los Valentinianos tuvieron su Escuela; fue una Escuela Gnóstica donde se estudiaron los Misterios del Sexo, donde se analizaron cuidadosamente. Valentín y los Valentinianos conocieron, en realidad de verdad, el secreto lemúrico: sublimaron la Energía Creadora y lograron el desarrollo de ciertas posibilidades psíquicas que se hallan latentes en la raza humana. Se nos ha dicho que Valentín fue un gran iluminado, un gran Maestro en el sentido más completo de la palabra…»
 
Samael Aun Weor                                      

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