Impresiones de emociones negativas

Impresion negativaEl trabajo, por ejemplo, en las emociones negativas, sobre los estados de ánimo enojosos, sobre la identificación, sobre la autoconsideración, sobre los yoes sucesivos, sobre la mentira, sobre la autojustificación, sobre la disculpa, sobre los estados inconscientes en los que nos encontramos, se relaciona en todo con la transformación de las impresiones y lo que resulta de todo ello...

Mediante la comprensión del trabajo, ustedes pueden aceptar la vida como un trabajo, realmente entonces entrarán en un estado constante de recuerdo de sí mismos, llegará a ustedes naturalmente el terrible realismo de la transformación de las impresiones.

Las mismas impresiones, normalmente, o supra normalmente dijéramos mejor, los llevaría a una vida mejor en lo que a ustedes naturalmente respecta y ya no obrarían más sobre todos ustedes como lo hacían en el comienzo de su propia transformación.

Pero mientras ustedes sigan pensando de la misma manera, tomando la vida de la misma manera, es claro que no habrá ningún cambio en ustedes. Transformar las impresiones de la vida es transformarse uno mismo. Esta forma enteramente nueva forma de pensar nos ayuda a efectuar tal transformación. Todo este discurso está basado exclusivamente sobre la forma radical de transformarnos. Si uno no se transforma, nada logra...

La vida consiste en una serie sucesiva de reacciones negativas que se dan como respuestas incesantes a las impresiones que llegan a la mente. Luego, nuestra tarea consiste en transformar las impresiones de la vida de modo que no provoquen este tipo de respuesta negativa. Pero para lograrlo es necesario estar auto observándose de instante en instante, de momento en momento. Es urgente, pues, estar estudiando nuestras propias impresiones.

No se puede dejar que las impresiones lleguen de un modo subjetivo y mecánico. Si comenzamos con dicho control, esto equivale a empezar la vida, a empezar a vivir más conscientemente. Un individuo puede darse el lujo de que las impresiones no lleguen mecánicamente, al actuar así, transforma las impresiones y entonces empieza a vivir conscientemente...

Conviene mucho aprender a transformar todas las impresiones que tengamos sobre la vida. "Hay que aprender a recibir con agrado las manifestaciones desagradables de nuestros semejantes."

Libro La Revolución de la Dialéctica V. M. Samael Aun Weor

Existen momentos de la vida demasiado complicados, en los que uno tiene marcada tendencia a identificarse fácilmente con los sucesos, y a olvidarse completamente de sí mismo. En esos instantes, hace uno tonterías que a nada conducen. Si se estuviera alerta, si en esos mismos momentos, en vez de perder la cabeza se acordase de si mismo, descubriría ciertos yoes de los cuales jamás tuvo ni la más mínima sospecha de su posible existencia.

Impresión que no sea digerida o transformada, se convierte en un agregado psicológico más, y el agregado psicológico que no se vaya comprendiendo y eliminando, viene a añadirse a la suma ya existente de elementos inhumanos o yoes, dando como resultado, una frustración o un "complejo".  En la interrelación, en la diaria convivencia con los otros seres humanos, cada vez que tengamos una situación difícil, aprendamos a colocar la Esencia o Conciencia entre la mente y la impresión.

O sea, que debemos poner la Conciencia frente a las impresiones, antes de que éstas lleguen a la mente, antes de que la mente realice su acostumbrado procesamiento de datos. Ciertamente, jamás resulta tarea fácil luchar contra las emociones negativas que provocan las impresiones no transformadas; jamás resulta tarea fácil perder toda identificación con nuestro propio tren de vida: problemas de toda índole, negocios, deudas, pagos de letras, hipotecas, teléfono, agua, luz, etc.

Pero cuando uno se acuerda de si mismo, cuando trabaja sobre si mismo, cuando no se identifica con todos los problemas y penas de la vida, de hecho transforma las impresiones y evita que sea afectado su centro emocional inferior. ¿Qué diremos nosotros, mis caros discípulos, sobre los Tres Alimentos? Ya expliqué, la vez pasada, cómo es que uno se alimenta con el primer alimento, el alimento del cuerpo físico. Luego hablamos también sobre el segundo alimento, que es la respiración, más importante que aquél que va al estómago. Pero hay un tercer alimento, del que les dije a ustedes que es el de las impresiones. Nadie puede vivir sin impresiones, ni siquiera un minuto.

Desgraciadamente, el ser humano no sabe seleccionar sus impresiones: abre las puertas a todas las Impresiones Negativas. ¿Qué dirían ustedes (por ejemplo), ahora que estamos aquí, en este salón, si le abriéramos la puerta a unos ladrones para que entraran? Pregunto a estos hermanos que nos acompañan aquí, en está plática: ¿a ustedes les parecería correcto que se le abriera la puerta, por ejemplo al vandalaje? Obviamente cometeríamos un absurdo y ustedes lo demandarían.

Sin embargo, no hacemos lo mismo con las impresiones: le abrimos las puertas a todas las impresiones negativas del mundo. Estas penetran en nuestra psiquis y hacen destrozos allá adentro, se transforman en agregados psíquicos y desarrollan en nosotros el centro emocional negativo. En conclusión: nos llenan de lodo, pero se las abrimos... ¿Será correcto eso? ¿Será correcto que una persona que viene, por ejemplo, llena de impresiones negativas sea acogida por nosotros, que abramos las puertas a todas las Emociones Negativas de esa persona?. Parece que no sabemos seleccionar las impresiones y eso es muy grave. Nosotros debemos aprender a abrir y cerrar las puertas de nuestra psiquis a las impresiones: abrir las puertas a las impresiones nobles, cerrarlas a las impresiones negativas y absurdas.

O sea, las impresiones negativas causan daño, desarrollan el centro emocional negativo en nosotros, nos perjudican. ¿Por qué hemos de abrir las puertas a las impresiones negativas? Vean ustedes lo que uno hace estando en grupo, en multitudes. Yo les aseguro que ninguno de ustedes, por ejemplo ahorita, se atrevería a salir a la calle a lanzar piedras contra nadie, ¿verdad? Sin embargo, en grupos quién sabe. Puede que alguien se meta dentro de una manifestación pública y ya esté enardecido por el entusiasmo, y si las multitudes lanzan piedras, él también resulta lanzando piedras, aunque después se diga a sí mismo: "¿Y por qué las lancé, por qué hice eso?".

Recuerdo una de esas manifestaciones, hace unos cuantos años, cuando los Maestros de Escuela se levantaron en muchas huelgas, protestas y manifestaciones. Entonces vimos cosas insólitas ¿Qué vimos? A profesores muy decentes, muy cultos, muy dignos, que ya en multitud, agarraban piedras y las lanzaban contra vidrios, contra las gentes, contra quién podían. Esos profesores de Escuela nunca lo hubieran hecho a solas, pero en multitud, en grupos, el ser humano se comporta muy distinto, hace cosas que nunca haría a solas. ¿A qué se debe eso? Pues a las impresiones negativas, a que él le abre sus puertas a las impresiones negativas, y resulta haciendo lo que nunca haría a solas. Por eso es necesario que nosotros aprendamos a seleccionar nuestras impresiones.

Cuando uno abre las puertas a las impresiones negativas, no solamente altera el centro emocional, sino que lo torna negativo. Si abre uno sus puertas, por ejemplo, a la emoción negativa de una persona que viene llena de ira, porque alguien le ocasionó algún daño, entonces termina uno, pues, aliado con esa persona y en contra de aquélla que ocasionó el daño. Termina uno lleno de ira, sin siquiera tener parte tampoco en el asunto.

Supongamos que uno le abre las puertas a las impresiones negativas de un borracho, al que encontramos durante una pachanga. Entonces termina uno aceptándole una copita al borracho, y luego dos, tres, diez. Conclusión: borracho también... Supongamos que uno le abre las puertas a las impresiones negativas, por ejemplo, de una persona del sexo opuesto. Termina uno también fornicando, cometiendo toda clase de delitos. Y si le abrimos las puertas a las impresiones negativas de un drogadicto, resultamos también fumando marihuana. Conclusión: ¡fracaso!.

Así es como los seres humanos se contagian unos a otros. Dentro de ambientes negativos, los borrachos contagian a los borrachos, los ladrones vuelven ladrones a los otros, los ladrones homicidas contagian a otros, los drogadictos se contagian entre sí, y se multiplican los drogadictos, se multiplican los asesinos, se multiplican los ladrones, se multiplican los usureros. ¿Por qué? Porque cometemos siempre el error de abrirle las puertas a las emociones negativas, y eso no está correcto.

¡Seleccionemos las impresiones! Si alguien nos trae emociones positivas de luz, de armonía, de belleza, de sabiduría, de amor, de poesía, de perfección, abrámosle las puertas de nuestro corazón. Pero si alguien nos trae emociones negativas de odio, de violencia, de celos, de drogas, de alcohol, de fornicación, de adulterio, ¿por qué tenemos que abrirle las puertas de nuestro corazón? ¡Cerrémosla, cerremos las puertas a las impresiones negativas!.  Cuando uno reflexiona en todo esto, puede perfectamente modificarse, hacer de su vida algo mejor.

Samael Aun Weor

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