PalabraLa palabra

La palabra debe salir del corazón, no de los distintos "agregados psíquicos" que poseemos. Con profundo dolor me doy cuenta de que cuando alguien habla, la palabra sale desgraciadamente, no de las profundidades del SER, sino de entre el fondo de cualquier "agregado psíquico inhumano".

La palabra brotada exclusivamente de la Esencia no habría nada que objetarle: sería pura, perfecta, pero las gentes tienen distintos "agregados psíquicos" muy desarrollados.

Así es que, cuando los Gnósticos y Directivos de Santuarios en general de dirigen a la grey, lo hacen casi siempre con el propósito de lanzar alguna ironía contra alguien, de humillar a alguien, de insultar a alguien, etc.

Es decir, no nace la palabra de la Esencia pura, no brota del Ser, sino que deviene de entre el fondo de algún "Yo", y por ello no es espontánea, no es pura, no produce un efecto creador.

Por lo común, la palabra de los S. Gnósticos tiene su origen entre las entrañas de tal o cual agregado psíquico, ya sea éste de envidia, ya sea de ira, ya sea de amor propio, ya sea de orgullo, de egoísmo, de auto-suficiencia, de auto-importancia, de engreimiento, de ambición, etc. Nunca, con dolor veo que la palabra brote de las entrañas del Ser y esto es lamentable.

Cuando la palabra surge de entre las profundidades del Ser, está llena de plenitud y de belleza interior; más cuando la palabra surge de entre las entrañas de tal o cual agregado psíquico, está condicionada por el mismo, no tiene elasticidad, no tiene ductibilidad, no goza de plenitud, no es íntegra y produce en el ambiente discordias y problemas de toda especie...

Los devotos concurren al R., a los Lumisiales, para recibir un bálsamo, un consuelo para su adolorido corazón. ¿Pero qué alivio podrían tener? ¿Cómo haríamos para que progresara el Movimiento Gnóstico si proseguimos con esa conducta? Esa tendencia que tienen unos y otros hermanos a reaccionar me parece horripilante, absurda; no son dueños de sus propios procesos psicológicos; si se les puya, reaccionan, siempre reaccionan ante todo...

No olviden ustedes que en el mundo físico vivimos y que hay tres clases de alimentos para cada uno. El primer alimento ya lo conocen ustedes: la comida, que es el menos importante; parece increíble, pero así es. Prueba de que es el menos importante, es que uno puede vivir sin comer, muchas veces hasta un mes. Mahatma Ghandi duraba hasta tres meses sin comer. Este alimento entra por la boca y va al estómago.

La segunda clase de alimento es el aire, es la respiración, que se relaciona con las fosas nasales y los pulmones. Difícilmente podríamos vivir ni siquiera tres o cuatro minutos sin respirar. La gente dura normalmente, un minuto sin respirar y luego viene un síncope.

Gracias a un entrenamiento, podríamos llegar a dos o tres minutos, o a cuatro, que ya sería el máximo de los máximos, pero son pocos o raros los que llegan a vivir sin respirar durante cierto tiempo. Esto nos está indicando que el segundo alimento es todavía más importante que el primero.

Por último viene el tercer alimento, que es aún más importante. Quiero referirme en forma enfática, a las IMPRESIONES. Si la comida no lograra impresionar al organismo humano, no funcionaría el lóbulo intestinal ni el estómago, y en general moriríamos.

Si el aire no lograra impresionar a los pulmones y a la sangre, pues de nada serviría el aire. Así, mis queridos hermanos, este tercer alimento es el más importante, porque nadie podría existir, ni siquiera un solo segundo, sin el ALIMENTO DE LAS IMPRESIONES.

Ahora bien, todo alimento necesita pasar por una transformación. El alimento relacionado con el estómago, o sea la alimentación, necesita pasar por una transformación; ésta es factible gracias al sistema digestivo. El alimento relacionado con la respiración, tiene como vehículo de transformación a los pulmones, pero para el tercer tipo de alimento no hay un órgano especial, no hay pulmones que valgan: HAY QUE CREAR ESE TERCER ORGANO.

Todo lo que nos llega a la mente tiene forma de impresión. Ustedes me están escuchando aquí, ven a un hombre que les está hablando a través de un micrófono, y todo esto es un conjunto de impresiones que le llegan a la mente. Todas las emociones, pasiones, todo lo que nos rodea, llega a nosotros en forma de impresiones...

El aire se trasforma mediante los pulmones, la comida se trasforma mediante el estómago, y el aire y comida se convierten en principios vitales para el organismo. Pero desgraciadamente, las impresiones no se transforman, llegan a la mente sin ser digeridas.

Las impresiones sin digerir se convierten en nuevos "agregados psíquicos", es decir en nuevos Yoes, y eso es gravísimo. Hay que digerir las impresiones. ¿Cómo? Mediante la CONCIENCIA SUPERLATIVA DEL SER. Normalmente, las impresiones llegan a la mente y ésta reacciona. Si alguien nos insulta, reaccionamos con ganas de vengarnos; si alguien nos ofrece una copa de vino reaccionamos con ganas de beber; si una persona del sexo opuesto nos tienta, sentimos ganas de fornicar.

Siempre reaccionamos ante los impactos del mundo exterior, ¡eso es grave! En las Asambleas hemos visto como se hieren los hermanos unos a otros: uno dice una palabra, y el que se siente aludido reacciona violentamente, diciendo una peor. A veces lo que dicen no es demasiado grosero, sino sutil, decente y acompañado de una sonrisa, pero en el fondo lleva el VENENO espantoso de la reacción violenta.

NO HAY AMOR ENTRE LOS HERMANOS, se han olvidado de su propio Ser, y sólo viven en el mundo del EGO, en el mundo de la reacción. Cuando uno se olvida de su propio Ser en presencia de una botella de vino, resulta borracho; si uno se olvida de su propio Ser en presencia de una persona del sexo opuesto, resulta fornicando; si uno se olvida de su propio Ser Interior Profundo en presencia de un insultador, termina insultando...

Lo más grave en la vida es olvidarse de sí mismo. Así que es necesario transformar las impresiones, y esto sólo es posible INTERPONIENDO AL SER entre las diversas vibraciones del mundo exterior y la mente. Cuando uno interpone entre las impresiones y la mente eso que se llama la CONSCIENCIA, es obvio que las impresiones se transforman en FUERZAS Y PODERES DE ORDEN SUPERIOR.

Normalmente, las impresiones están constituidas por un Hidrógeno muy pesado: el HIDROGENO-48. Cuando uno interpone entre las impresiones y la mente a la Conciencia, el Hidrógeno-48 se transforma en Hidrógeno-24, que sirve de alimento al Cuerpo Astral.

A su vez, el excedente del Hidrógeno-24 se transforma en Hidrógeno-12, que sirve de alimento para el Cuerpo Mental. Y por último, el excedente del Hidrógeno-12 se transforma en Hidrógeno-6, que sirve de alimento para el Cuerpo Causal. Pero si uno no transforma las impresiones, éstas se convierten en nuevos "agregados psíquicos", en nuevos "Yoes".

Así, pues, debemos trasformar las impresiones mediante la Conciencia. Es muy fácil interponer la Conciencia entre las impresiones y la mente. Para recibir las impresiones con la Conciencia, y no con la mente, solo se necesita NO OLVIDARNOS DE NOSOTROS MISMOS en un instante dado.

Si alguien en cualquier momento nos dice algo que nos hiere el amor propio, el orgullo, el engreimiento, etc., en esos instantes sólo el SER debe estar en nosotros; debemos estar CONCENTRADOS en el Ser, para que sea el Ser, la Conciencia Superlativa del Ser, la que reciba las impresiones y las digiera correctamente. Así se evitan las horripilantes reacciones que todos, unos y otros, tienen ante los impactos procedentes del mundo exterior. Así se transforman completamente las impresiones, y transformadas, nos desarrollan maravillosamente.

Amigos, repito: que los Sacerdotes no vuelvan a cometer el error de reaccionar violentamente contra el prójimo. Los Directores, los Misioneros, desistan de una vez por todas de esa horrible tendencia que tienen a reaccionar.

Si alguien dice algo, que lo diga, pero, ¿por qué tiene que reaccionar su vecino? ¡Cada cual es libre de decir lo que quiera! En cuanto a mi atañe, afirmo lo que tengo que afirmar, y si alguien refuta, si dice lo contrario de una plática dada sobre un problema que tenemos, me limito a guardar silencio; ya dije, y eso es todo...

¿Por qué en cuestiones privadas quieren imponer su concepto a la fuerza? ¡Eso es absurdo! Eso de imponer nuestra opinión a la brava, no es sino el resultado de las reacciones, es la reacción misma del Ego, de la mente. Resulta abominable ese proceder que ha formado terribles problemas en todo el Movimiento Gnóstico Internacional...

Por aquí, por allá, por acullá se utiliza el púlpito para insultar, para herir, para agredir con la palabra a otros, y todo esto está causando confusión en el Movimiento Gnóstico Internacional. Hasta aquí mis palabras.

Samael Aun Weor

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