Los estudios Zen permiten captar las Enseñanzas Budistas
¿Por qué la última Verdad-Prajna que el Budhismo Zen quiere indicar es tan indefinible, abstracta e inasible? Definir significa realmente poner límites intelectivos a, o declarar el sentido de una cosa determinada. Asir, en sentido empleado aquí, significa comprender algo y retenerlo en la memoria.
Como el mismo acto de definir consiste obviamente en encerrar a algo dentro de un cierto límite, no puede necesariamente no ser finito, angosto y restrictivo en su naturaleza; así mismo, como Comprender significa asir algo mentalmente, pero no todo, ha de ser igualmente limitativo y exclusivo.
La última VERDAD PRAJNA que la escuela Zen quiere indicar no puede ser en ningún modo algo angosto, finito o exclusivo; debe ser algo vasto, universal e infinito, algo que todo lo incluye y alcanza, algo más allá de la definición y de la designación.
La misma palabra definir sugiere ostensiblemente un dedo humano que señala a un objeto determinado, y la palabra asir una mano que retiene algo y no suelta. Dada esta lamentable limitación y este aferramiento, profundamente ahincado en el racionalismo del animal intelectual equivocadamente llamado hombre, no es en modo alguno sorprendente que la libre y omni incluyente verdad Prajna se torne realmente en algo evasivo que siempre está eludiendo misteriosamente a todo pensador.
Iluminación. Esta palabra grandiosa en esencia y en potencia, se usa en este capítulo para indicar enfáticamente la experiencia mística trascendental que consiste en experimentar el Tao, la Verdad Zen, lo Real. No es suficiente comprender algo, necesitamos captar, aprehender, capturar, su íntima significación. El sexto patriarca preguntó al Bhodi-Dharma: ¿Cómo es posible alcanzar el Tao?. El Bhodi-Dharma respondió: Exteriormente, toda actividad cesa; interiormente, la Mente deja de agitarse. Cuando la Mente se ha convertido en un muro, entonces adviene el Tao.
Es urgente saber que el Zen japonés, es el mismo DHYANA indostánico, el Jhana Pali, el “Ch’an na” chino: una forma extraordinaria del Budhismo Mahayana. Es incuestionable que los estudios y prácticas Zen nos permiten captar el íntimo significado de las Enseñanzas Budistas preconizadas por la escuela Mahayana, antítesis maravillosas y complemento a la vez de la Escuela de Auto-Realización Intima Hinayana. El Vacío Iluminador resulta imposible de describir con humanas palabras. No es definible o descriptible. Como ha dicho el Maestro Zen Huai Jang: Cualquier cosa que diga fallará en el punto principal.
La enseñanza budista sobre el Vacío es comprensiva y profunda, y requiere mucho estudio antes de ser entendida. Solo en ausencia del Ego podemos experimentar en forma directa el Vacío Iluminador. Endiosar a la Mente es un absurdo porque ésta en sí misma es tan solo un calabozo fatal para la Conciencia. Afirmar que la Mente es el Buda decir que es el Tao, resulta disparatado porque el intelecto es tan sólo una jaula para la Conciencia.
La mística experiencia del Vacío Iluminador se realiza siempre fuera del terreno intelectual. La iluminación budhista nunca se consigue desarrollando la fuerza mental, ni endiosando la razón; por el contrario, se logra desatando cualquier vínculo que nos ate a la mente. Solo liberándonos del calabozo intelectual podremos vivenciar la dicha del Vacío Iluminador, libre y enteramente insustancial. El Vacío es sencillamente un término budista claro y preciso que denota la naturaleza no sustancial y no personal de los seres, y una señal de indicación del estado de absoluto desprendimiento y libertad fuera del tiempo y más allá de la Mente. Bebed el Vino de la Meditación en la Copa deliciosa de la Perfecta Concentración.
Samael Aun Weor del libro "El Misterio del Aureo Florecer" Capitulo 28º Budismo Zen
Esta es la meditación sin esfuerzo del Zen. Es una meditación en la cual no hay nada sobre qué meditar, es el funcionamiento espontáneo y maravilloso de la propia mente, el pináculo y la esencia de las enseñanzas budistas. Para quienes no han pasado la puerta esta meditación es la más ardua, pero para quienes ya la han pasado ésta es la más fácil de todas. Todos los otros ejercicios y prácticas no son más que preparaciones para ésta.
El punto esencial consiste en reconocer la naturaleza de la propia mente o, por lo menos, tener un atisbo. En cambio si reconoce la Esencia de la Mente, el yogui podrá concentrarse en ella en cualquier lugar o momento, sin dificultad. En la actividad y en la quietud la conciencia del vacío iluminado brillará siempre dentro de él. Aunque después de haber reconocido la Esencia Mental hay todavía un largo camino que andar. Concentración y meditación sin objeto: Una vez que se pasa la puerta sin abertura la meditación ya no será una práctica o un esfuerzo.
El yogui puede estar sentado, caminar, hablar o dormir; todas las actividades y condiciones de la vida se han convertido en maravillosas meditaciones en sí mismas. No se necesita hacer ningún esfuerzo, y no es menester trabajar sobre ningún objeto o idea. Pero para pasar esta puerta es necesario practicar intensamente esta meditación sin objeto, siguiendo el camino Zen. Experiencia de lo real: "Si de verdad y en forma muy sincera queremos nosotros establecer la base para la correcta meditación, es necesario comprendernos a si mismo en todos los niveles de la mente. Establecer la correcta base de la meditación es de hecho estar libres de la ambición, el egoísmo. el miedo, el odio, la codicia de poderes psíquicos, el ansia de resultados. etc., etc., etc.
Es claro a todas luces y fuera de toda duda que después de establecer la piedra angular básica de la meditación, la mente queda quieta y en profundo e imponente silencio. Desde el punto de vista rigurosamente lógico, resulta absurdo querer experimentar lo Real sin conocernos a sí mismos. Es urgente comprender en forma integra y en todos los terrenos de la mente cada problema conforme va surgiendo en la mente, cada deseo, cada recuerdo, cada defecto psicológico, etc.
Es claro a todas luces que durante la práctica de la meditación van pasando por la pantalla de la mente en siniestra procesión todos los defectos psicológicos que nos caracterizan, todas nuestras alegrías y tristezas, recuerdos innumerables, múltiples impulsos que provienen ya del mundo exterior ya del mundo interior, deseos de todo tipo, pasiones de toda especie, viejos resentimientos, odios, etc."
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