Yahvé

En el salón de los recuerdos (el Askasi) está escrita la historia de aquel ángel llamado YahvéSaturnino de Antioquía, el gran kabalista dice que Yahvé es un ángel caído, el genio del mal, el diablo.

Yahvé es un demonio terriblemente perverso. Yahvé es aquel demonio que tentó a Cristo en el desierto y que lo llevó a la montaña para decirle: “Itababo. Todos estos reinos del mundo serán tuyos si te arrodillas y me adoras”. Yahvé llamó al pueblo judío “mi pueblo predilecto”.

Los judíos han confundido intencionalmente a Yahvé con el señor Jehová. Yahvé fue un Hierofante Lemur. Yahvé tuvo su esposa sacerdotisa. Yahvé fue un ángel con cuerpo humano.

El Maestro Yahvé era un guerrero de la luz, un gran sacerdote del rayo de la fuerza y, debido a su alta dignidad sacerdotal, tuvo el derecho legítimo de usar casco y armadura, escudo y espada de metal de oro puro. La esposa sacerdotisa de Yahvé era a todas luces una Dama Adepto.

En los tiempos arcaicos, las castas guerrera y sacerdotal se desenvolvía cada una por su parte independientemente. Empero, había sus excepciones, como en el caso de Yahvé, que era sacerdote y guerrero. En el ambiente Lemur flotaban los luciferes de la antigua Tierra-Luna.

Estos buscaban prosélitos y los encontraron. Yahvé fue uno de sus prosélitos. Yahvé se hizo discípulo de esos tenebrosos sublunares y practicó Magia Sexual negra con derrame del Vaso de Hermes.

Esta es la ciencia de Bonz y Dugpas de capacete rojo. El resultado fue la fatalidad. La Serpiente Ígnea bajó, descendió hacia los infiernos atómicos del hombre, y Yahvé se convirtió en un demonio terriblemente perverso. En el Askasi está descrita esta historia. Yahvé se hizo miembro de un templo de Tantrismo negro Lemur.

Su esposa sacerdotisa jamás aceptó Magia Sexual con derrame del Vaso de Hermes. Yahvé se cayó con otra mujer. Resultaron inútiles los esfuerzos que Yahvé hiciera para convencer a su esposa sacerdotisa.

Ella no quiso entrar al templo negro. Aquel matrimonio se acabó. La Dama Adepto no quiso entregarse por el camino negro. Ahora, esta Dama Adepto es un ángel inefable de los mundos superiores. El culto al fuego es muy delicado. Los Dioses del fuego ayudan a proteger a todos aquellos que siguen la Senda del Matrimonio Perfecto. Samael Aun Weor

Ha mucho tiempo, en la noche profunda de los siglos, allá en el continente Mu o Lemuria, conocí a Yahvé, aquel ángel caído del cual habla Saturnino de Antioquía. Ciertamente Yahvé era un venerable maestro de la Blanca Hermandad, un ángel glorioso de precedentes mahanvantaras.

Le conocí, le vi, fue un sacerdote y guerrero entre las gentes de la Lemuria; todos le amaban, adoraban y veneraban.

Los hierofantes de la raza purpúrea le concedieron el alto honor de usar cimera, casco, escudo y espada de oro puro. Resplandecía aquel sacerdote guerrero como llama de oro bajo la selva espesa del sol. En su simbólico escudo, Vulcano había grabado muchas profecías y terribles advertencias.

¡Ay!, ¡Ay!, ¡Ay!, este hombre cometió el error de traicionar a los Misterios de Vulcano. Los luciferes de aquella edad que flotaban en la atmósfera del viejo continente Mu le enseñaron Tantrismo Negro, Maithuna con eyaculación del Ens seminis. Lo más grave fue que ese hombre tan amado y venerado por todo el mundo, se dejó convencer y practicó ese tipo pernicioso de Magia Sexual con distintas mujeres.

Entonces, es claro, descendió por el canal medular la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes y se proyectó hacia abajo desde el coxis, formando y desarrollando en el cuerpo astral de Yahvé el abominable órgano Kundartiguador.

Así cayó aquel ángel, se convirtió a través de todas las edades en un demonio terriblemente perverso.

En los Mundos Superiores hemos encontrado muchas veces a la esposa sacerdotisa de Yahvé; es un ángel inefable. Inútiles fueron los esfuerzos de ese hombre por convencer a su esposa; ella jamás aceptó el Tantrismo Negro de los tenebrosos y prefirió el divorcio antes que meterse por el camino negro.

Yahvé es aquel demonio que tentó a Jesús el Cristo en el desierto durante el ayuno.

Doctrina Gnóstica develada por Samael Aun Weor

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