Quetzalcoatl trajo la cruz como símbolo de veneración

Quetzalcoatl jesusagrarioEn las tierras de América precolombina, surgió como un rayo luminoso la figura de Quetzatlcoatl. Héroe, profeta, Maestro de sabiduría, gobernante, el súper hombre por excelencia que vino a traer el mensaje salvador a los pueblos de esta región de meso América, los cuales se debatían entre el auge de los sacrificios humanos, el abandono de los principios espirituales, la pobreza y la desesperanza. 

Cuentan las tradiciones antiguas que se pierden en la noche de todos los siglos que el sacerdote rey Quetzatlcoatl fue hijo de una virgen llamada Chimalmat (escudo de la Tierra)y sacerdote Dios Mixcouatl.
 

Fue criado por los sabios ancianos y llegó a ser un hombre de gran conocimiento, que se convirtió en rey de Tollán. Hay una leyenda muy difundida que afirma que el Señor Quetzatlcoatl fue un hombre rubio, barbado, alto, blanco, poseedor de grandes conocimientos religiosos y científicos que trasmitió a los antiguos Toltecas.

Quetzatlcoatl les enseñó la orfebrería, astrología, la ciencia sagrada de la religión y prohibió los sacrificios humanos, les dio lecciones de ética y elevó cultural, material y filosóficamente a estos pueblos Toltecas.

Trajo como símbolo de gran veneración la cruz, motivo por la que ciertos estudiosos de religiones cristianas enfatizan la idea que este gran ser era el mismo Maestro Jesús Cristo resucitado que vino a traer el mensaje salvador a estos pueblos de la América precolombina, otros opinan que se trataba de alguno de los discípulos del gran Maestro Jesús. 
 
El pensamiento de Quetzalcóatl traspasa las barreras del conocimiento, y marca una división de las culturas del México antiguo en antes o después de Quetzatlcoatl. Se cuenta que después de elevar en todos los sentidos a su pueblo, se inició una época de paz y abundancia. Quetzatcóatl construyó un impresionante centro ceremonial, amaba a su pueblo, y hacía obras benéficas a favor de sus discípulos y vasallos.
 

Cuenta la leyenda que cuando el pueblo disfrutaba del bienestar, y vivía en paz y armonía, los seguidores de Tezcatlipoca el espejo humeante señor de lo oscuro, de lo oculto, de los brujos y hechiceros en muchas ocasiones trataron de convencer a Quetzatlcoatl de que era necesario volver a los sacrificios humanos, y en vano trataron de embriagarlo y hacerlo caer.

Si leemos cuidadosamente los viejos Códices, hallaremos riquísima información sobre Nuestro Señor Quetzalcóatl; se dice que en una casa espléndida, en una ciudad maravillosa un día cualquiera dice la tradición alegórica o simbólica mandó a llamar a su esposa Quetzalpétatl. Ella concurrió al llamado, se extendió la estera sagrada sobre el duro piso y cuenta la leyenda de los siglos que él se embriagó con vino... 

No debe tomarse esto en sentido literal, realmente se trata de alegorizar el drama edénico, es decir, que comió de ese fruto que Dios prohibiera comer y que se encontraba en el centro del Edén; entonces tuvo que abandonar la lejana Tule, la ciudad espléndida de la luz, y vagó por todos los países del mundo, sufriendo terriblemente. Nos viene a la memoria el momento en que Jehová se dirigiera a Adán y a Eva para decirles: Vosotros pereceréis, y ellos hubieron de salir del Edén para trabajar y ganar el pan con el sudor de su frente y para alumbrar a sus hijos con dolor.

Así también, nuestro Señor Quetzalcóatl vagando por todos los países del mundo, sufrió lo indecible, arrojo sus joyas en un río sagrado y salió en busca de la Tierra Roja. Sufrió mucho, y mirándose un día en el espejo, dijo: ¡He envejecido! Fue sometido a pruebas por los Magos Negros, pero él salió victorioso, y así, después de haber sufrido mucho, llegó a la Tierra Roja; entonces, dice la tradición, pudo morir y resucitar, bajó a la región de los infiernos, al Mictlán, para recobrar los huesos de sus antepasados.

Es lógico que el sacerdote Dios Quetzatlcoatl después de su salida de la tierra de los Toltecas, vivió en muchos países, y cumplió extraordinarias misiones, así su mensaje redentor fue escuchado y practicado en Teotihuacan. 

Doctrina Gnóstica develada por Samael Aun Weor 

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