La ciencia del Arcano A.Z.F.
En los Misterios de Eleusis los hombres y las mujeres se magnetizaban mutuamente entre las danzas misteriosas del Amor. Entonces nadie pensaba en porquerías sino en cosas Santas y Puras. Las grandes fiestas de Eleusis, la alegría, la danza, el beso y la magia sexual, transformaban a los seres humanos en verdaderos Dioses. Entre las delicias del amor los hombres y las mujeres encantan y despiertan a la Bella durmiente, la divina serpiente Kundalini.
Cuando una mujer y un hombre se adoran acumulan entonces las fuerzas terriblemente Divinas de la madre cósmica. Esas centelleantes fuerzas espantosamente Divinas, inundan con sus resplandores todos los chakras, centros, ruedas, flores de loto de los cuerpos internos del hombre. Los fuegos dorsales son Jehovísticos. Los fuegos del corazón son Crísticos. En la frente centellean los rayos terriblemente divinos del padre.
Todas esas tres clases de energía son puro semen transmutado. En el licor seminal se halla la clave de la redención humana. La energía seminal debe ser sublimada hasta el corazón. En el corazón la divina madre encuentra a su hijo, el Cristo interno. La madre y su hijo viven en el templo corazón. La cruz de la iniciación se recibe en el templo-corazón. Puede y debe haber conexión sexual, pero es preferible morir antes que cometer el crimen de derramar el semen. Cuando el mago derrama el vaso de Hermes, entonces las fuerzas terriblemente divinas de la Diosa Isis, se retiran, se funden entre las corrientes universales, y el hombre se sumerge entre el abismo.
El tremendo Mantra: I.A.O., resume toda la ciencia del Arcano A.Z.F. Este Mantra se debe vocalizar durante el trance amoroso de la magia sexual. I. (Ignis, fuego) A. (Aqua, Agua) O. (Origo, principio, espíritu). El fuego hace fecundas las aguas de la vida para que nazca el hijo del hombre. El hijo del hombre es siempre hijo de un hombre y de una mujer. Cuando dos seres se adoran y practican con el Arcano A. Z. F. se convierten en Dioses inevitablemente. Cultívese la alegría en los hogares, la música, las flores.
Dispénsense los enamorados toda clase de errores. Nadie es perfecto. Debe la pareja perdonarse mutuamente sus muy humanos errores. El amor no es culpable de los disgustos entre los enamorados que se adoran. Todos esos disgustos son del Yo psicológico.
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