Autoconsciencia
Autoconsciencia es el tercer estado de consciencia. Cuando uno se acuerda de Sí Mismo, cuando trabaja sobre sí mismo, cuando no se identifica con todos los problemas y penas de la vida, de hecho va por la senda vertical revolucionaria.
Quienes sufren, quienes lloran, aquellos que han sido víctimas de alguna traición, de un mal pago en la vida, de una ingratitud, de una calumnia o de algún fraude, realmente se olvidan de Sí Mismos, de su Real Ser Intimo, se identifican completamente con su tragedia moral.
El trabajo sobre sí mismos, es la característica fundamental del camino vertical. Nadie podría hallar la Senda de la Gran Rebeldía, si no trabajase jamás sobre sí mismo.
El trabajo, al que nos estamos refiriendo, es de tipo psicológico; se ocupa de cierta transformación del momento presente en el que nos encontramos. Necesitamos aprender a vivir de instante en instante.
Por ejemplo, una persona que se encuentra desesperada por algún problema sentimental, económico o político, obviamente se ha olvidado de Sí Misma. Tal persona, si se detiene un instante, si observa la situación y trata de recordarse a Sí Mismo y luego se esfuerza en comprender el sentido de su actitud.
Si reflexiona un poco, si piensa en que todo pasa, en que la vida es ilusoria, fugaz, y en que la muerte reduce a cenizas todas las vanidades del mundo. Si comprende que su problema, en el fondo, no es más que una llamarada de petate, un fuego fatuo que pronto se apaga, verá también de pronto con sorpresa, que todo ha cambiado...
Transformar reacciones mecánicas es posible mediante la Confrontación Lógica y la Auto-Reflexión Intima del Ser.” “Quien aprende a transformar las reacciones mecánicas, de hecho se mete por el Camino Vertical. Esto representa un cambio fundamental en el Nivel de Ser, resultado extraordinario de la Rebeldía Psicológica”. “Querer vivenciar las grandes realidades de los Mundos Superiores sin haber despertado, aquí y ahora, es marchar por el camino del error. El despertar de la Consciencia origina el desarrollo del Sentido Espacial y permite la experimentación de eso que es lo Real”.
Auto-Conciencia. Es muy raro hallar en la vida, alguna persona auto-consciente y despierta. Las gentes sueñan cuando el cuerpo duerme y sueñan cuando el cuerpo está en estado de vigilia. Las gentes manejan carros soñando, trabajan soñando, viven a todas horas soñando. Es muy natural que alguien se le olvide el paraguas, o que en el carro deje abandonado algún libro o cartera. Todo eso sucede porque tenemos la Conciencia dormida y soñamos. Rara vez en la vida el ser humano está realmente despierto, y cuando lo ha estado siquiera por un momento, como en los casos de infinito terror, se ve por un instante a sí mismo en forma íntegra, esos momentos son inolvidables.
El hombre que regresa a su casa, después de haber recorrido toda la ciudad, es muy difícil que recuerde, en forma minuciosa, todos sus pensamientos, ideas, incidentes, cosas, etc. Al tratar de recordar, hallará grandes lagunas en su memoria que corresponden precisamente, a los estados de sueño más profundos. Ser auto-consciente es algo muy difícil, pero se puede llegar a ese estado aprendiendo a vivir alertas y vigilantes de momento en momento.
Si queremos llegar a la Autoconsciencia, necesitamos conocernos a sí mismos en forma íntegra. Todos nosotros tenemos el yo, el Ego, el mí mismo, que necesitamos explorar para conocernos a nosotros mismos y volvernos autoconscientes.
Es urgente auto observar, analizar, comprender y eliminar cada uno de nuestros defectos psicológicos; es necesario estudiarnos a nosotros mismos en el terreno de la mente, emociones, hábitos, instintos y sexo. La mente tiene muchos niveles, regiones o departamentos subconscientes que debemos conocer a fondo, mediante la observación, el análisis, la meditación y la profunda comprensión íntima.
Cualquier defecto psicológico puede desaparecer de la región intelectual y continuar existiendo en otros niveles inconscientes de la mente. La Intima Recordación de Sí Mismos“Quien quiera despertar Conciencia debe practicar, de momento en momento, la íntima recordación de Sí Mismo”. Recordarse de momento en momento, es de hecho un trabajo difícil; basta un instante de olvido para comenzar a soñar”
Parece algo inverosímil que cuando el aspirante gnóstico auto-observa su forma de reír, hablar, caminar, etc., se olvida de Sí Mismo; esto es increíble, pero cierto. Este olvido de Sí Mismo, esto de no recordarse a Sí Mismo, es realmente la causa causorum de toda la ignorancia humana. Cuando un hombre cualquiera llega a comprender profundamente que no puede recordarse a Sí Mismo, que no es consciente de Sí Mismo, está muy cerca del despertar de la Consciencia.
El gran Maestro Ouspensky dijo: “la primera impresión que me produjo el esfuerzo por ser consciente de mi Ser, por ser consciente de Mí Mismo como Yo, decirme a mí mismo: “Yo estoy caminando, Yo estoy haciendo”, y de tratar de mantener vivo ese Yo, de sentirlo dentro de mí, fue la siguiente: el pensamiento quedaba como dormido; cuando yo “estudiaba” al Yo, no podía pensar ni hablar, hasta disminuía la intensidad de las sensaciones. Además, uno podía mantenerse, en semejante estado, sólo por un tiempo muy breve”.
Durante la íntima recordación de Sí Mismo, en ese tremendo súper-esfuerzo por ser consciente de su propio Yo, es claro que la atención se divide, y aquí volvemos nuevamente a aquello de la división de la atención. Una parte de la atención se dirige, como es apenas lógico, hacia el esfuerzo, y la otra hacia el Ego o “yo pluralizado”. La íntima recordación de Sí Mismo es algo más que analizarse a si mismo: es un estado nuevo, que sólo se conoce a través de la experiencia directa.
Todo ser humano ha tenido, alguna vez, esos momentos, estados de íntima recordación de Sí Mismo; tal vez en un instante de infinito terror, tal vez en la niñez, o en algún viaje, cuando exclamamos: “¿y qué hago yo aquí? ¿Por qué estoy yo aquí?” Intima recordación de Sí Mismo”, es darse cuenta cabal de todos esos procesos subconscientes del mí mismo, del Ego, del yo pluralizado.
La auto-observación, la íntima recordación de Sí Mismo, inicia el desarrollo del sentido espacial, que llega a su plena madurez con el despertar de la Conciencia. Los Chakras, mencionados por Mister Leadbeter y muchos otros autores son, con relación al sentido espacial, lo que las flores con relación al árbol que les da vida. Lo fundamental es el árbol. El sentido espacial es el funcionalismo normal de la Conciencia despierta.
Todo hombre, despierto de verdad puede ver, oír, tocar, oler y palpar todo lo que ocurre en los cuarenta y nueve departamentos subconscientes de Jaldabaoth. Todo hombre, despierto de verdad, puede verificar por sí mismo y a través de la experiencia directa, los sueños de las gentes; puede ver esos sueños en las personas que andan por las calles, en los que trabajan en fábricas, en los que gobiernan, en toda criatura. Todo hombre despierto de verdad puede ver, oír, oler, tocar y palpar todas las cosas de los mundos superiores.
Quien quiera experimentar la realidad de todo lo que sucede en las dimensiones superiores del espacio, debe despertar Conciencia, aquí y ahora. La concentración, o atención consciente, y su división en tres partes.
En las escuelas, colegios y universidades, se les enseña a los estudiantes a poner atención en las clases, y los alumnos y alumnas ponen atención para evitarse el regaño, el jalón de orejas, el golpe con la férula o con la regla, etc., más desgraciadamente no se les enseña a comprender, realmente, lo que es la atención consciente. Por disciplina, el estudiante pone atención y gasta Energía Creadora, muchas veces en forma inútil.
Nosotros comemos y bebemos, y todos los procesos de la digestión, en el fondo, son procesos de sutilización, en los que las materias groseras se convierten en materias y fuerzas sutiles. La Energía Creadora es el tipo de materia y de fuerza más sutil, elaborada por el organismo. Si sabemos poner atención consciente, podemos ahorrar Energía Creadora. Desafortunadamente, los maestros y maestras no les enseñan a sus discípulos lo que es la atención consciente.
Doquiera dirijamos la atención, gastamos Energía Creadora. Podemos ahorrar esa Energía si dividimos la atención, si no nos identificamos con las cosas, con las personas, con las ideas. Cuando nosotros nos identificamos con las personas, con las cosas, con las ideas, nos olvidamos de Sí Mismos y entonces perdemos la Energía Creadora en forma lastimosa.
Es urgente saber que necesitamos ahorrar la Energía Creadora para despertar Conciencia, y que la Energía Creadora es el potencial viviente, el vehículo de la Conciencia, el instrumento para despertar Conciencia. La atención consciente excluye eso que se llama “identificación”. Cuando nos identificamos con las personas, con las cosas, con las ideas, viene la fascinación y esta última produce el sueño en la Conciencia. Hay que saber poner atención sin identificación. Cuando ponemos atención en algo o en alguien, y nos olvidamos de Sí Mismos, el resultado es la fascinación y el sueño de la Consciencia.
Observad cuidadosamente a un cineasta: se encuentra dormido, todo lo ignora, se ignora a Sí Mismo, está hueco, parece un sonámbulo, sueña con la película que está viendo, con el héroe de la película. La atención dividida en tres partes: Sujeto, Objeto y Lugar, es de hecho atención consciente. Cuando no cometemos el error de identificarnos con las personas, las cosas, las ideas, etc., ahorramos Energía Creadora y precipitamos en nosotros el despertar de la Conciencia.
El hombre que se olvida de Sí Mismo ante un insultador, se identifica con él, se fascina, cae en el sueño de la Conciencia, y entonces hiere o mata y va a la cárcel inevitablemente. Aquel que no se deja fascinar por el insultador, aquel que no se identifica con él, aquel que no se olvida de Sí Mismo, aquel que sabe poner atención consciente, sería incapaz de darle valor a las palabras del insultador, o de herirle, o de matarle.
Todos los errores que el ser humano comete en la vida, se deben a que se olvida de Sí Mismo, se identifica, se fascina y cae en el sueño. Hay que despertar, amigos, y aprender a vivir alertas, de momento en momento. Es impostergable dividir siempre la atención en tres partes: primera, Sujeto; segunda, Objeto; tercera, Lugar. La observación de las cosas, sin identificación, nos permitirá conocer los procesos de la codicia, del apego, de la ambición, etc. Es irrefutable que a un codicioso le costará mucho trabajo no identificarse con un anillo de diamantes, o con unos cuantos billetes de banco, etc.
La observación sobre los lugares, nos permitirá conocer hasta donde llegan nuestros apegos y fascinaciones en relación con lugares diversos. Es pues, este triple juego de la atención, un ejercicio completo para auto-descubrirnos y despertar Conciencia. El mundo de relaciones: Conciencia, cuerpo físico y medio ambiente. “El mundo de relaciones tiene tres aspectos muy diferentes que en forma precisa necesitamos aclarar. Primero: Estamos relacionados con el cuerpo planetario, es decir con el cuerpo físico.
Segundo: Vivimos en el planeta Tierra y por secuencia lógica estamos relacionados con el mundo exterior y con las cuestiones que atañen a nosotros, familiares, negocios, dineros, cuestiones del oficio, profesión, política, etc., etc., etc. Tercero: La relación del hombre consigo mismo. Para la mayoría de las gentes este tipo de relación no tiene la menor importancia. Desafortunadamente a las gentes sólo les interesa los dos primeros tipos de relaciones, mirando con la más absoluta indiferencia el tercer tipo. Es conveniente no olvidarnos jamás de Sí Mismos. Cuando digo no olvidarse de Sí Mismos, esto tiene que ser debidamente comprendido. Un atleta, un deportista, parecería que no se olvida de Sí Mismo, y sin embargo está completamente olvidado de Sí Mismo.
Un anacoreta, un ermitaño, viviendo en una caverna solitaria, pasando por grandes ayunos, con su cuerpo lleno de cilicios, complicado por las penurias, hambriento, entregado a sus cuestiones esotéricas, parece en realidad de verdad como que no se olvida jamás de Sí Mismo, mas está totalmente olvidado de Sí Mismo. ¿Por qué? Porque ha olvidado su cuerpo físico, porque no lo mantiene como debe ser.
El cuerpo es un instrumento que se nos ha dado para la Auto-Realización Intima del Ser; si lo abandonamos, quiere decir que nos hemos olvidado de nosotros mismos, pues él tiene un objetivo: ha sido designado por la Ley, sirve para la consumación del Karma, es un laboratorio maravilloso que debe ser cuidado. Observen ustedes los dos extremos: el del atleta, que pareciera como que nunca se ha olvidado de Sí Mismo, y el del anacoreta o penitente, que vive en la caverna muriéndose de hambre, que parece también un sujeto que jamás se olvida de Sí Mismo. Ambos extremos resultan absurdos, tanto el uno como el otro se han olvidado de Sí Mismos, porque han violado la Ley de la Balanza y están en perfecto desequilibrio.
¿Cuál es el correcto modo de proceder, para no olvidarse jamás de Sí Mismo? En realidad, sólo mediante la perfecta relación entre la Consciencia, el cuerpo y el ambiente externo, se logra esa conducta auténtica del que jamás se olvida de Sí Mismo. La Conciencia, el cuerpo y el ambiente exterior debidamente equilibrados nos permite, en realidad de verdad, mantener cierta relación maravillosa que indica con precisión exacta, a aquellos que jamás se olvidan de Sí Mismos.
La Conciencia debe expresarse a través de los órganos del cuerpo, a través de la máquina orgánica; la Consciencia tiene que estar alerta y vigilante, como el vigía en época de guerra; es por medio de la máquina humana, como nos relacionamos con el ambiente en que nos movemos. Así pues, la Conciencia, el cuerpo y el medio ambiente, es necesario que estén en perfecto equilibrio, si es que no queremos olvidarnos jamás de Sí Mismos.
Si la Consciencia no se relaciona inteligentemente con el cuerpo, entonces vienen las enfermedades; si no se relaciona bien la Conciencia con el medio ambiente, vienen los conflictos. Las correctas relaciones entre la Conciencia, el Cuerpo y el medio ambiente, son vitales, cardinales, definitivas en aquel que no se olvida de Sí Mismo.
Quienes se olvidan de Sí Mismos, marchan por el camino del error. Cuando nos olvidamos de Sí Mismos frente a una copa de vino, terminamos borrachos; cuando nos olvidamos de si mismos frente a una persona del sexo opuesto, terminamos fornicando; cuando nos olvidamos de si mismos frente a un insultador, terminamos insultando. Así que, en realidad de verdad, nadie puede llegar a despertar Conciencia si se olvida de Sí Mismo.
¿Cómo procederemos en la vida diaria? Si miramos a las gentes en las calles, podremos evidenciar el hecho concreto de que se olvidan de Sí Mismas. Obviamente, aquel que se olvida de Sí Mismo no podrá auto-descubrirse o continuará con la Consciencia dormida.
Indudablemente, necesitamos auto-descubrirnos, y esto solamente es posible con la inter relación, es decir, en la convivencia, en la relación con otras personas. Es así como los defectos escondidos afloran espontáneamente, y si estamos alertas y vigilantes como el vigía en época de guerra, entonces los vemos. Defecto descubierto, debe ser sometido a estudio a través de la reflexión evidente del Ser; defecto descubierto, debe ser sometido a la meditación. Sólo por este camino profundo, podremos hacernos conscientes de cualquier defecto psicológico.
Todo defecto está representado por un agregado psíquico; estos agregados sólo pueden ser vistos con el sentido de la auto-observación psicológica. Tal sentido se haya latente en todos los seres humanos; sin embargo, debemos decir que órgano que no se usa, se atrofia; órgano que se usa, se desarrolla. A medida que vayamos usando el sentido de la auto-observación psicológica, este se irá desarrollando.
Resulta muy interesante ser testigos de nosotros mismos: ver cómo tales agregados se van pulverizando, en una forma didáctica y dialéctica. Nosotros podemos ser auxiliados por Marah, o la Madre Cósmica, en estado de Meditación interior, profunda. Ella entonces desintegrará cualquier agregado, previamente comprendido en todos los estamentos o niveles de la mente. Así que, en verdad conviene que reflexionemos profundamente en todo esto; conviene que nosotros comprendamos la cruda realidad de estas cuestiones. Marah, María, Isis, Adonía, Insoberta, Rea o Cibeles, nos prestará su ayuda; nosotros, en realidad de verdad, necesitamos ser ayudados.
La Conciencia normalmente está enfrascada entre los agregados psíquicos; cada agregado parece una botella dentro de la cual la Conciencia está embotellada. Si rompemos la botella, la Conciencia queda liberada. Necesitamos despertar la Conciencia, para tener acceso a la verdad; necesitamos despertar la Consciencia, para lograr el Shamadi constante; necesitamos liberar la Conciencia, para experimentar eso que no es del tiempo, eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente.
Así pues, mis queridos hermanos, quiero que comprendan ustedes la necesidad de estar alertas y vigilantes, como el vigía en época de guerra. Este estado de alerta no se consigue a través de los extremos, sino en el medio, en el centro. El camino está en el centro: es el de saber relacionar el estado de alerta, la Conciencia alerta, con un cuerpo sano y el medio ambiente. Sólo así no nos olvidaremos de nosotros mismos, marchando por ese camino interior, profundo... El tercer estado de Conciencia y la necesidad de cambiar la manera de pensar.
“Gnosis es una palabra que significa Conocimiento, Sabiduría. Es la Sabiduría, la “Sophía”, la que nosotros necesitamos, y no la encontraremos fuera de sí mismos, sino dentro de sí mismos. Necesitamos apartarnos de las corrientes de la extrema derecha y de la extrema izquierda, y marchar por la revolución del centro profundamente hacia dentro, para experimentar lo Real. Necesitamos auto-conocernos; sólo así es posible llegar a la experiencia verdadera de eso que está más allá del tiempo.
Así pues, olvidando las luchas y conflictos que hay entre la extrema derecha y la extrema izquierda, nos auto-exploraremos en forma directa para auto-conocernos, y descubrir mediante la experiencia real, eso que no conocen los secuaces de las diversas escuelas de derecha e izquierda: la Verdad”.
Urge el cambio radical en el intelecto, si es que queremos pasar a un nivel superior del Ser, es decir, si es que queremos nosotros pasar al tercer estado de Conciencia, que es el de la recordación de Sí Mismos. Cuando uno está lleno de lujuria, pues no ha cambiado, sigue siendo lo que era antes. ¿Cómo podría entonces pasar al tercer estado de Conciencia? ¿Y por qué se es lujurioso? Porque se cargan algunos agregados psíquicos de lujuria. Más aún: el que se identifica con alguna escena de lujuria, obviamente se olvida de Sí Mismo y en ese momento se manifiesta lujurioso, da oportunidad a los “yoes” de la lujuria para que ellos hagan lo que quieran.
Alguien que se olvida así de Sí Mismo, alguien que se olvida ante una copa de vino y termina borracho, alguien que se olvida ante una persona del sexo opuesto y termina fornicando, alguien que se olvida de Sí Mismo ante un insultador y termina insultando también, pues en verdad que no está preparado como para pasar al tercer estado de Conciencia, que es el de la Recordación de Sí Mismo.
Porque sería contradictorio suponer, siquiera, que un hombre haya pasado al tercer estado de Conciencia y se olvide de Sí Mismo, ya que el tercer estado es, precisamente, recordación de Sí Mismo. Así pues, o ha pasado o no ha pasado al tercer estado; en esto no puede haber vaguedades de ninguna especie.
El tercer estado de Conciencia y el cambio en la manera de sentir. “Son incontables los aspirantes deprimidos que por falta de poderes psíquicos y de iluminación íntima, han renunciado al trabajo esotérico sobre sí mismos. Pocos son los que saben aprovechar las adversidades.
En tiempos de rigurosa tentación, abatimiento y desolación, uno debe apelar a la íntima recordación de Si Mismo. En el fondo de cada uno de nos, está la Tonantzin azteca, la Stella Maris, la Isis egipcia, Diosa Madre, aguardándonos para sanar nuestro adolorido corazón”. Bien hermanos, prosigamos nosotros aquí, con estas disquisiciones. Hay que trabajar el centro intelectual y también el centro emocional. No hay duda que las emociones negativas nos vuelven mentirosos, como ya les había dicho a ustedes en alguna ocasión. Las emociones negativas nos tornan violentos, las emociones negativas hacen que nos olvidemos de Sí Mismos.
Un individuo por ejemplo celoso, llevado de la emoción negativa de los celos, pues se vuelve violento, puede matar a otro y en consecuencia ir a la cárcel; puede tratar mal a su mujer, tal vez injustamente, etc. De manera que las emociones negativas pueden convertirlo a uno en calumniador falso, en violento, en perverso.
¡Vean ustedes cuanto daño pueden hacernos las emociones negativas! Por una emoción negativa, podemos volvernos asesinos; por una emoción negativa, podemos nosotros calumniar al prójimo; por una emoción negativa, podemos nosotros levantar falsos juicios sobre nuestro mejor amigo, etc. Y sin embargo, tenemos esa marcada tendencia de dejarnos llevar siempre por las emociones negativas, no hemos aprendido a ser austeros, serenos, mesurados.
Así que, introducir la Gnosis en nuestra forma de pensar para cambiar, e introducirla en el centro emocional, cuesta un poco de trabajo. Pero si nosotros pensamos en lo que son los centros de la máquina orgánica por ejemplo, el centro intelectual, que tiene algo del centro intelectual y algo del centro del movimiento, ¿cómo podríamos nosotros conseguir que el centro emocional inferior quede bajo control total? Si decimos: “Voy a tener fuerza de voluntad, no me voy a dejar llevar de emociones violentas, negativas, en ningún momento”, puede ser que a las primera de cambio fallemos terriblemente.
Entonces necesitamos introducir la Gnosis aquí, en la mente, sentir la emoción superior que produce la Gnosis, y con el poquito de voluntad que hayamos adquirido, pues junto con la Gnosis y la emoción superior nos permitirá controlar, completamente, a las emociones inferiores negativas.
En todo caso, se necesita controlar a la emoción inferior con la emoción superior. Controlemos, pues, a las emociones inferiores con las superiores, metamos Gnosis dentro del cerebro, para que nuestra forma de pensar cambie y vivamos de acuerdo con esos principios y las reglas del Gnosticismo Universal. Modifiquemos, pues, el proceso del pensar y habrá una especie de Emoción intelectual en nuestra cabeza. Eso, más un poquito de voluntad, nos permitirá controlar a las emociones inferiores.
Obviamente, la destrucción total de las emociones inferiores adviene con la aniquilación de aquellos elementos psíquicos indeseables que se relacionan, precisamente, con la parte emocional inferior. Pero entre tanto, y mientras tales elementos son eliminados, debemos controlar el Centro Emocional inferior con la parte emotiva del intelecto, un intelecto alumbrado por la mística gnóstica. Ese es el camino obvio a seguir; sólo por ese camino podría procesarse verdaderamente un cambio, que es tan necesario.
Se necesita precisamente, ir cambiando poco a poco. Esto de ir cambiando poco a poco es posible si vamos introduciendo las reglas gnósticas, la sapiencia del Gnosticismo Universal en nuestro pensamiento, en nuestra mente. Necesitamos una mente nueva para pensar, porque con la mente vieja, con esa mente ya decrépita, con esa mente ya deteriorada, con esa mente acostumbrada a este tren de vida que normalmente llevamos, no sería posible provocar un cambio en nosotros mismos.
Así que, el centro de la mente y el centro emocional deben ser trabajados con las reglas gnósticas, con las enseñanzas que hemos dado. Si es que queremos un cambio en nuestra forma de ser, necesitamos pensar en forma nueva, sentir en forma nueva, obrar en forma nueva.
¿Qué buscamos a través de todo esto? Obviamente que estamos buscando algo que es sumamente importante: estamos buscando, en verdad, purificar la Conciencia Cósmica, que está embotellada entre nosotros. Hay una gran Conciencia, me refiero a la Conciencia cósmica. Desgraciadamente, la Conciencia cósmica está enfrascada entre el Ego. Purificar la Conciencia solamente es posible aniquilando el Ego. Quien no se resuelva a pasar por la aniquilación budista, jamás podría lograr la purificación de la Conciencia. Es obvio que con la aniquilación budista, el despertar de la Conciencia se convierte en un hecho. Una Conciencia despierta es una Conciencia purificada mediante la aniquilación del Ego; eso es indubitable.
La práctica del recuerdo de Sí. “Hay dos cosas capitales en nuestros estudios gnósticos, primero: recordación de Sí Mismos, es decir, de nuestro propio Ser, y segundo: relajamiento del cuerpo. Recordarse a Sí Mismo y relajar el cuerpo, debemos hacerlo continuamente. Normalmente el cuerpo siempre está en tensión, los nervios en tensión, los músculos. Hay necesidad de aprender a recordarse a sí mismo y relajar el cuerpo; yo lo hago continuamente, todos los días: el recuerdo de Mí Mismo y relajar el cuerpo, en un sillón, sea en una cama o donde sea. Eso es indispensable: ir día a día recordándonos cada vez más y más de Sí Mismos, es decir, de nuestro propio Ser.
Por olvido del Ser, en realidad de verdad las gentes cometen muchos errores y tienen tantas teorías tan equivocadas.” Así, mis queridos hermanos, debemos nosotros reflexionar cada vez más en todo esto. Grandes cosas se abren para uno, cuando no se olvida de su Ser, cuando se recuerda a Sí Mismo profundamente.
Es aconsejable que los hermanos diariamente, sea por cinco, diez minutos, un rato, media hora, una, se recuerden a Sí Mismos, que sentados en un sillón, relajen su cuerpo totalmente; un día podrán llegar a la experiencia de lo Real por ese camino, que es un modo de actuar sobre el centro emocional por medio del centro motor, al estar luego en esa actitud de la mente, en plena relajación, vivenciando al Ser, sintiéndolo, experimentándolo. Volverse receptivo al Ser; eso es fundamental.
La personalidad debe volverse cada vez más pasiva y receptiva a la palabra que viene de arriba, de lo Alto; esa palabra viene a través de los Centros Superiores del Ser y llega a la mente; pero si no somos receptivos, si no aprendemos a relajarnos, si nos olvidamos de Sí Mismos, ¿cómo podremos recibir los mensajes que vienen a través de los Centros Superiores del Ser, de qué manera?
Los hermanos deben comprender esto, se necesita volvernos receptivos, aprender a recibir la palabra, captar su honda significación, eso es fundamental. Diariamente, debemos relajarnos y recordarnos a Sí Mismos, a nuestro propio Ser; así avanzaremos triunfantes.
Tambien recomendamos ver la siguiente conferencia sobre el mismo tema....
La recordación de sí mismo
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