Agregados psíquicos del orgullo y de la vanidad
El orgullo es silencioso, la vanidad es charlatana. El Señor rechaza a aquellos que se aferran a la vanidad. El Señor auxilia a quienes luchan por desintegrar los agregados psíquicos de la vanidad. En modo alguno sería posible establecer correctas relaciones con el Señor Íntimo y con todas las partes independientes y auto conscientes del Ser, si no aniquilamos antes todos los agregados psíquicos de la vanidad.
La vanidad destruye las posibilidades de la iluminación. Grandiosa es la iluminación, más ésta sólo es posible aniquilando los agregados psíquicos de la vanidad. La iluminación es una gracia del Señor. Sólo los humildes pueden recibir la iluminación por gracia del Señor. Dichoso quien reciba el Poder Luz que viene del Padre.
La Gracia es ese Poder Luz. Ningún engreído, vanidoso, orgulloso, podría saber aprovechar conscientemente la Gracia, el Poder Luz que viene del Padre. Por ello es que, antes de recibir la Gracia del Viejo de los Siglos, debemos desintegrar los agregados psíquicos del orgullo místico, del engreimiento místico y de la vanidad mística.
Hagamos, pues, plena diferenciación entre el orgullo místico, la vanidad mística y el engreimiento místico, y el orgullo, la vanidad y el engreimiento comunes y corrientes. El orgullo, la vanidad y el engreimiento místicos se relacionan con los Iniciados o Adeptos y los simples aspirantes. La vanidad, el orgullo y el engreimiento, comunes y corrientes, on diferentes y los tienen mucha gente. Samael Aun Weor, Pistis Sophía develada
El yo negativo del orgullo místico engaña a los devotos del Camino, y éstos, sintiéndose sabios, aborrecen a su Maestro o le traicionan.
Samael Aun Weor Capítulo Nº 14 del libro Psicología Revolucionaria
Aquél que no confía en la ayuda de Dios sino en su riqueza material y que ha desarrollado el agregado psíquico de la vanidad, cae en el abismo de perdición. Los agregados psíquicos de la vanidad, impiden la correcta relación con las partes superiores del Ser. La vanidad es pariente del orgullo. La vanidad es charlatana, el orgullo es silencioso. Por vanidad alguien hablaría ciertas cosas, más por orgullo callaría.
Cualquier persona elegante, tendría en su casa un coche viejísimo, posiblemente del siglo pasado, esto por puro orgullo, mas por vanidad preferiría usar un carro de último modelo. La vanidad herida causa espantoso sufrimiento, más el orgullo herido, puede causar la muerte. Cuando la vanidad y el orgullo se unen, pueden realizar monstruosidades. La vanidad suele también disfrazarse con el traje de la modestia. Un pintor o un escribano vanidoso puede aparecer en público vestido con ropajes de mendigo.
Un artista herido en su vanidad suele caer en terribles situaciones dolorosas. Olivo cargado de frutos es aquél que trabaja sobre sí mismo y que confía en la gracia de Dios desde toda Eternidad. El Señor sabe pagar bien a quien confía en su Santo Nombre.
Libro Pistis Sophia, Maestro Samael Aun Weor
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