La Bendita Muerte

CoatlicueTenemos que decir en forma enfática, que la Bendita Diosa Madre Muerte tiene una profunda significación. Decía y dice, nuestro presidente José López Portillo (gran escritor, un hombre intelectual) que “a la fecundación le prosigue siempre a través del tiempo la caducación”. Y eso es cierto y de toda verdad.

Las gentes tiene miedo a la muerte; pues deberían tenerle también miedo al nacimiento, puesto que nacer y morir son dos fenómenos de una misma cosa. Resulta incongruente que le temamos a la muerte y no le tengamos miedo al nacimiento.

La Diosa Madre Muerte con su corona de cráneos en la cabeza, es de profunda significación. Sin embargo, esto de la profunda significación tampoco se entiende.

Dice López Portillo, y con justa razón, que “si comentamos un poco de frases o palabras llenas de honda significación, construiremos, naturalmente, algo que la mente no podrá entender a través del razonamiento subjetivo”, y en eso estoy de acuerdo con nuestro ciudadano presidente; esa es la verdad.

La vida tiene grandes significaciones que la gente no entiende. La muerte, por ejemplo, tiene una honda significación. Ver el cuerpo muerto de un ser querido dentro de un féretro, no es haber entendido el fenómeno de la muerte. Si uno logra comprender el fenómeno de la muerte descubre el origen de la vida, porque la muerte y la vida están íntimamente relacionadas. La muerte y la concepción se encuentran, se hallan asociadas.

Así que, en realidad de verdad, quien comprenda el Misterio de la Muerte, comprende el Misterio de la Concepción; eso es obvio. La Bendita Diosa Madre Muerte, en el fondo no es sino, una variante de nuestro propio Ser, pero derivada. Quiere decir que a la Diosa Madre Muerte no hay que buscarla fuera de sí mismos, sino dentro de sí mismos. Esto lo sabían, perfectamente, las civilizaciones antiguas; nunca lo ignoraron los habitantes de esta ciudad sagrada, los Totonacas; tampoco lo ignoraron los Huaxtecos y los Olmecas; esta es una civilización portentosa...

Quien en verdad tenga el valor de Autoexplorarse psicológicamente, descubrirá dentro de sí mismo, en las distintas partes de su Ser, eso que se llama “La Diosa Madre Muerte”. ¿Que se le rendían culto a los muertos? Sí, es verdad. Y también se le rendía culto a los muertos en la China antigua antes de que Mao Tse-Tung surgiera al poder. Sin embargo, muy secretamente, aunque al régimen de Pekín no le guste se sigue rindiendo culto a los muertos en algunas latitudes de la China.

Antiguamente, todas las civilizaciones, ya sea la de Egipto, ya sea ésta, la de los Totonacas, o cualquier otra, rindió culto a la muerte y a los muertos. “¡La muerte es la corona de todos!”... Se entiende por “muerte” dejar el cuerpo físico. Esto no es más que un traje, una vestidura pasajera que hay que eliminar, que es perecedera y que nos causa mucho dolor.

Nosotros no somos el cuerpo; el cuerpo no es sino el vehículo del Ser. Lo que nos interesa a nosotros es el Ser. Y “el Ser es el Ser y la razón de ser del Ser es el mismo Ser”. Los Gringos dicen: “The Being is the Being, and the reason for the Being to be is by himself”... “El Ser es el Ser y la razón de ser del Ser es el mismo Ser”. El Ser es inmortal no ha tenido un principio, no tiene fin. ¿Qué importa que se destruya el cuerpo? Nada. El Ser continúa. ¿Quienes niegan eso? Las gentes degeneradas de este Siglo XX, porque los Hombres cultos, los Hombres que no se han degenerado, jamás negarían esas tremenda realidades.

Así, mis queridos amigos, no le teman nunca a la muerte. No se asombren porque en los pueblos antiguos se le rendían culto a la muerte. Vale la pena que nosotros “estudiemos los Misterios de la Vida y de la Muerte mientras llega el oficiante”. Vale la pena que nosotros conozcamos algo sobre la muerte. En realidad de verdad, en los instantes en que se acerca la muerte somos asistidos, somos sacados del cuerpo físico y penetramos en los Mundos Superiores, en las Dimensiones Superiores de la Naturaleza y del Cosmos.

Decían los Nahuas que “aquellos que eran perversos en la vida, penetraban incuestionablemente en el MICTLAN”, es decir, en los Mundos Infiernos bajo la epidermis de la Tierra, entraríamos en las Infradimensiones de la Naturaleza. Y que “aquellos que más o menos llevaban una vida sana, penetraban en el TLALOCAN”. Sin embargo, hay algunos que ni entraban en el Mictlán ni entraban en el Tlalocan, se quedaban en el umbral... Entender esto es muy importante...

También es cierto y de toda verdad que todo retorna, que todo regresa, que todo se reincorpora: Los planetas regresan al punto de partida después de algunos años; los átomos regresan también al punto de partida original. Así también nosotros regresamos, volvemos, nos reincorporamos para una nueva existencia. Hay gentes que lo recuerdan, hay gentes que saben que existieron en el remoto pasado, que lo entienden. La mayor parte no saben de estas cosas y se ríen, pero, “el que ríe de lo que desconoce, está en el camino de ser idiota”.

Bueno, mis amigos, vamos a continuar por toda esta ciudad sagrada. Como les digo, están invitados a que nos acompañen. Hasta aquí mis palabras...  

Samael Aun Weor "SECRETOS ARQUEOLÓGICOS DE CEMPOALA"

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