Chakra Ajna
SIGNIFICADO DEL NOMBRE DEL CHAKRA: Autoridad, mando, poder ilimitado. LOCALIZACIÓN: Plexo cavernoso; el centro del entrecejo. ELEMENTO: Maha-tattwa en donde todos los tattwas están presentes: akasha, vayu, tejas, apas y pritvi.
ASPECTOS: De la tesis y la antítesis obtenemos la síntesis. SENTIDO PREDOMINANTE: El tercer ojo. ÓRGANOS Y GLANDULA: Sistema nervioso, los cinco sentidos, hipófisis o pituitaria. VOCAL FUNDAMENTAL, MANTRA: "I" iiiii...OM. PÉTALOS: Dos.
RELACIÓN CON LA MÁQUINA HUMANA: Centro mental superior. DEFECTO PSICÓLOGICO PREDOMINANTE: El escepticismo y materialismo. REFLEXIÓN: La comprensión es el fruto de oro de la razón.
La mente es el matador de lo real, de lo verdadero. La mente destruye el amor. Es necesario comprender a fondo todos esos procesos mentales que acaban con la belleza del amor. La mente tiene el mal gusto de comparar. Quien contempla una bella puesta de Sol y la compara con otra, no sabe realmente comprender la belleza que tiene ante sus ojos.
El sexto chakra es el sitial de la mente. Esta es energética, sutil y no es el cerebro. La mente puede independizarse de la materia, puede en ciertos estados hipnóticos o durante el sueño normal transportarse a sitios muy distantes y experimentar lo que está sucediendo en esos lugares.
El cerebro no es la mente, el pensamiento. El cerebro es un receptor y emisor del pensamiento, es tan sólo un instrumento de la mente.
El vehículo mental inicia la actividad con su función básica y primaria, el pensar. Mientras ésta no se desarrolle conscientemente, no será posible que se lleven a cabo las funciones superiores que nos permitirán hacer contacto con nuestra realidad espiritual: el Ser Interno. De allí la importancia de aprender a cambiar nuestra manera de pensar.
¿Qué es pensar? Se ha definido como todo un proceso que empieza con la recepción de un estímulo llamémosle a esto, percepción o sensación de algo que debe ser sometido a un análisis de sus partes, con la finalidad de integrar y comprender el todo. Posteriormente se integra una conclusión que nos debe impeler necesariamente a una acción. Al faltar unos pasos, deja de ser pensamiento.
Debemos diferenciar entre un pensamiento por reacción y un pensamiento por acción. La reacción por un estímulo es mecánica e inconsciente y la acción de un pensamiento es un acto inteligente y consciente y es lo que se denomina recto pensar y recto actuar.
Integrar a cada una de nuestras acciones el recto pensar, requiere esfuerzo, paciencia, dedicación, perseverancia, disciplina. El proceso se inicia en nosotros mismos, mediante la auto-observación, que es la capacidad mediante la cual nos dividimos entre observador y observado.
Es la conciencia la que le da al pensamiento la capacidad de conocer y comprender aquellas partes de nuestra psicología no integradas armoniosamente al cosmos, a la naturaleza y a nuestros semejantes. Por lo tanto, lo observado es el yo pluralizado, y quien observa, a través de la mente, es la Consciencia.
Cualquiera se puede dar el lujo de pensar y acumular todo tipo de información en su mente, y luego exponerla magistralmente ante un público. Ésto es lo que normalmente se denomina inteligencia; sin embargo, observamos que esas personas no actúan de acuerdo con lo que dicen. Dicho de otra manera: realizan la primera etapa sin concluir el mecanismo del pensamiento, ya que una cosa es simplemente razonar y otra muy distinta es comprender.
Razonar sin comprender es simplemente pensar. Razonar para discernir la síntesis de la tesis y antítesis de un estímulo o impresión es "recto pensar". Cuando un pensamiento no alcanza las alturas de la comprensión, se está a mitad del camino de la conciencia despierta.
Tengamos presente que el pensamiento es un mediador entre nuestros instintos inferiores y nuestras emociones superiores. Observar y comprender estos instintos es una función de la conciencia, y el pensamiento ha de ser su vehículo. De la razón sólo podemos obtener su fruto de oro; el fruto de oro de la razón es la comprensión.
La comprensión conduce inevitablemente al recto sentir o emoción superior. Los instintos inferiores han sido analizados, comprendidos y sometidos para su transformación. La conciencia atrapada en lo inferior, con la ayuda del recto pensar y el recto sentir, renace a una recta acción.
Meditación sobre el chakra Ajna o Iglesia de Filadelfia
El sentido de la auto-observación psicológica, en sí mismo, es la Clarividencia, es la imaginación consciente, o translúcido.
Los yoguis del Indostán afirman que de la glándula pituitaria nace la flor de loto de dos pétalos. Este centro energético de la transformación o flor de loto se halla situado en el cuerpo astral de los médicos medievales, exactamente entre las dos cejas. Los yoguis aseguran que este chakra pituitario nos hace clarividentes.
La imaginación es clarividencia y por lo tanto todo ser humano es más o menos clarividente o más o menos imaginativo. El polo contrario de la imaginación, es lo imaginario: las fantasías absurdas, los desechos de la memoria, etc., creadas por una mente desequilibrada.
Una mente que razona continuamente sin llegar a la comprensión, se desequilibra y es por lo tanto víctima de la fantasía o imaginación mecánica. La imaginación positiva debe volar en alas de la inspiración para estar al servicio de la misma conciencia. Una mente así se convierte en el translúcido del alma.
Imaginación, inspiración e intuición, son los tres pasos obligatorios para ser clarividentes positivos.
Todo aspirante gnóstico debe cultivar la virtud de la serenidad y dulzura, si es que quiere reconquistar su imaginación consciente. La serenidad es la clave más importante para el desarrollo de esta cualidad. La cólera destruye la armonía del conjunto, y daña totalmente los pétalos del chakra del entrecejo. La cólera descompone la luz astral en un veneno llamado "imperil", que daña los pétalos de este centro magnético del entrecejo, y obstruye los canales del sistema nervioso gran simpático.
Hay que hacer rotar el chakra de la clarividencia con la vocal "I" (iiiii...), entre la más profunda serenidad de pensamiento, contemplando las imágenes internas, sin el proceso de la elección conceptual que divide a la mente en un batallar de las antítesis.
En presencia de una imagen interna, nuestra mente debe fluir íntegramente en armonía con el pensamiento. Nuestra mente debe tornarse exquisitamente sensible y delicada. Nuestra mente debe reconquistar la inocencia perdida.
En el mundo físico, toda actividad va acompañada de movimientos. Pero en los mundos de conciencia superior se necesita el más profundo reposo: una inmensa calma de la mente para percibir imágenes internas, que vienen a sanar en nosotros aquellos niveles psicológicos alterados por el abuso del razonamiento inconsciente.
Hay que aprender, por experiencia propia, a hacer diferenciación entre las imágenes que son recibidas y las imágenes que consciente o inconscientemente creamos y proyectamos. Hay que hacer diferencia entre las imágenes propias y las imágenes ajenas que vienen a nosotros. Una cosa es recibir una imagen, y otra cosa es proyectar una imagen creada por nuestro entendimiento.
Las distintas escuelas esotéricas tienen métodos para desarrollar los sentidos internos, pero si sólo nos preocupamos por desarrollar poderes y no aniquilamos al yo de la psicología, fracasará el advenimiento del hombre nuevo, el Ser interno.
Cuando el Kundalini llega a la altura del entrecejo se abre la Iglesia de Filadelfia o Chakra Ajna. Este es el ojo de la Sabiduría. En este centro magnético mora el PADRE que está en secreto. En el cuerpo físico está relacionado con el plexo cavernoso.