La ley del penduloLa Ley del Péndulo

La Gran Rebelión Capítulo 05 La Ley del Péndulo. Resulta interesante tener un reloj de pared en casa, no sólo para saber las horas sino también para reflexionar un poco. Sin el péndulo el reloj no funciona; el movimiento del péndulo es profundamente significativo.

En los antiguos tiempos el dogma de la evolución no existía; entonces, los sabios entendían lo de que los procesos históricos se desenvuelven siempre de acuerdo con la Ley del Péndulo.

Todo fluye y refluye, sube y baja, crece y decrece, va y viene de acuerdo con esta Ley maravillosa. Nada tiene de extraño que todo oscile, que todo esté sometido al vaivén del tiempo, que todo evolucione e involucione.

En un extremo del péndulo está la alegría, en el otro el dolor; todas nuestras emociones, pensamientos, anhelos, deseos, oscilan de acuerdo con la Ley del Péndulo.

Esperanza y desesperación, pesimismo y optimismo, pasión y dolor, triunfo y fracaso, ganancia y pérdida, corresponden ciertamente a los dos extremos del movimiento pendular.

Surgió Egipto con todo su poderío y señorío a orillas del río sagrado, mas cuando el péndulo se fue al otro lado, cuando se levantó por el extremo opuesto cayó el país de los faraones y se levantó Jerusalem, la ciudad querida de los Profetas.

Cayó Israel cuando el péndulo cambió de posición y surgió en el otro extremo el Imperio Romano. El movimiento pendular levanta y hunde Imperios, hace surgir poderosas Civilizaciones y luego las destruye, etc. Podemos colocar en el extremo derecho del péndulo las diversas escuelas seudo-esotéricas y seudo-ocultistas, religiones y sectas.

Podemos colocar en el extremo izquierdo del movimiento pendular a todas las escuelas de tipo materialista, Marxista, ateísta, escepticista, etc. Antítesis del movimiento pendular, cambiantes, sujetas a permutación incesante. El fanático religioso, debido a cualquier acontecimiento insólito o decepción, puede irse al otro extremo del péndulo, convertirse en ateísta, materialista, escéptico.

El fanático materialista, ateísta, debido a cualquier hecho inusitado, tal vez un acontecimiento metafísico trascendental, un momento de terror indecible, puede llevarle al extremo opuesto del movimiento pendular y convertirle en un reaccionario religioso insoportable.

Ejemplos: Un sacerdote vencido en una polémica por un Esoterista, desesperado se tornó incrédulo y materialista. Conocimos el caso de una dama ateísta e incrédula que debido a un hecho metafísico concluyente y definitivo, se convirtió en una exponente magnífica del esoterismo práctico. En nombre de la verdad, debemos declarar que el ateísta materialista verdadero y absoluto, es una farsa, no existe.

Ante la proximidad de una muerte inevitable, ante un instante de indecible terror, los enemigos de lo eterno, los materialistas e incrédulos, pasan instantáneamente al otro extremo del péndulo y resultan orando, llorando y clamando con fe infinita y enorme devoción.

El mismo Carlos Marx, autor del Materialismo Dialéctico, fue un fanático religioso judío, y después de su muerte, le rindieron pompas fúnebres de gran rabino. Carlos Marx, elaboró su Dialéctica Materialista con un sólo propósito: "CREAR UN ARMA PARA DESTRUIR A TODAS LAS RELIGIONES DEL MUNDO POR MEDIO DEL ESCEPTICISMO".

Es el caso típico de los celos religiosos llevados al extremo; en modo alguno podría aceptar Marx la existencia de otras religiones y prefirió destruirlas mediante su Dialéctica.

Carlos Marx cumplió uno de los Protocolos de Sión que dice textualmente: "No importa que llenemos el mundo de materialismo y de repugnante ateísmo, el día en que nosotros triunfemos, enseñaremos la religión de Moisés debidamente codificada y en forma dialéctica, y no permitiremos en el mundo ninguna otra religión".

Muy interesante resulta que en la Unión Soviética las religiones sean perseguidas y al pueblo se le enseñe dialéctica materialista, mientras en las sinagogas se estudia el Talmud, la Biblia y la religión, y trabajan libremente sin problema alguno. Los amos del gobierno Ruso son fanáticos religiosos de la Ley de Moisés, mas ellos envenenan al pueblo con la farsa esa del Materialismo Dialéctico.

Jamás nos pronunciaríamos contra el pueblo de Israel; sólo estamos declarando contra cierta élite de doble juego que, persiguiendo fines inconfesables, envenena al pueblo con Dialéctica Materialista, mientras en secreto practica la religión de Moisés.

Materialismo y espiritualismo, con toda su secuela de teorías, prejuicios y pre-conceptos de toda especie, se procesan en la mente de acuerdo con la Ley del Péndulo y cambian de moda de acuerdo con los tiempos y las costumbres. Espíritu y materia son dos conceptos muy discutibles y espinosos que nadie entiende. Nada sabe la mente sobre el espíritu, nada sabe sobre la materia. Un concepto no es más que eso, un concepto. La realidad no es un concepto aunque la mente puede forjarse muchos conceptos sobre la realidad.

El espíritu es el espíritu (El Ser), y sólo a sí mismo puede conocerse. Escrito está: "EL SER ES EL SER Y LA RAZÓN DE SER ES EL MISMO SER".

Los fanáticos del Dios materia, los científicos del Materialismo Dialéctico son empíricos y absurdos en un ciento por ciento. Hablan sobre materia con una auto-suficiencia deslumbrante y estúpida, cuando en realidad nada saben sobre la misma. ¿Qué es materia? ¿Cuál de estos tontos científicos lo sabe? La tan cacareada materia es también un concepto demasiado discutible y bastante espinoso.

¿Cuál es la materia?, ¿El algodón?, ¿El hierro?, ¿La carne?, ¿El almidón?, ¿Una piedra?, ¿El cobre?, ¿Una nube o qué? Decir que todo es materia seria tan empírico y absurdo como asegurar que todo el organismo humano es un hígado, o un corazón o un riñón. Obviamente una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, cada órgano es diferente y cada sustancia es distinta. Entonces, ¿cuál de todas estas substancias es la tan cacareada materia?

Con los conceptos del péndulo juega mucha gente, pero en realidad los conceptos no son la realidad. La mente solamente conoce formas ilusorias de la naturaleza, pero nada sabe sobre la verdad contenida en tales formas. Las teorías pasan de moda con el tiempo y con los años, y lo que uno aprendió en la escuela resulta que después ya no sirve; conclusión: nadie sabe nada.

Los conceptos de la extrema derecha o de la extrema izquierda del péndulo pasan como las modas de las mujeres, todos esos son procesos de la mente, cosas que suceden en la superficie del entendimiento, tonterías, vanidades del intelecto. A cualquier disciplina psicológica se le opone otra disciplina, a cualquier proceso psicológico lógicamente estructurado, se le opone otro semejante, ¿y después de todo, qué?

Lo real, la verdad, es lo que nos interesa; más esto no es cuestión del péndulo, no se encuentra entre el vaivén de las teorías y creencias. La verdad es lo desconocido de instante en instante, de momento en momento. La verdad está en el centro del péndulo, no en la extrema derecha y tampoco en la extrema izquierda. Cuando a Jesús le preguntaron: ¿Qué es la verdad?, guardó un profundo silencio. Y cuando al Budha le hicieron la misma pregunta, dio la espalda y se retiró.

La verdad no es cuestión de opiniones, ni de teorías, ni de prejuicios de extrema derecha o de extrema izquierda. El concepto que la mente puede forjarse sobre la verdad, jamás es la verdad. La idea que el entendimiento tenga sobre la verdad, nunca es la verdad. La opinión que tengamos sobre la verdad, por muy respetable que aquélla sea, en modo alguno es la verdad. Ni las corrientes espiritualistas ni sus oponentes materialistas, pueden conducirnos jamás a la verdad.

La verdad es algo que debe ser experimentado en forma directa, como cuando uno mete el dedo en el fuego y se quema, o como cuando uno traga agua y se ahoga. El centro del péndulo está dentro de nosotros mismos, y es allí donde debemos descubrir y experimentar en forma directa lo real, la verdad. Necesitamos auto-explorarnos directamente para auto-descubrirnos y conocernos profundamente a sí mismos.

La experiencia de la verdad sólo adviene cuando hemos eliminado los elementos indeseables que en su conjunto constituyen el mi mismo. Sólo eliminando el error viene la verdad. Sólo desintegrando el "Yo mismo", mis errores, mis prejuicios y temores, mis pasiones y deseos, creencias y fornicaciones, encastillamientos intelectuales y auto-suficiencias de toda especie, adviene a nosotros la experiencia de lo real.

La verdad nada tiene que ver con lo que se haya dicho o dejado de decir, con lo que se haya escrito o dejado de escribir, ella solamente adviene a nosotros cuando el "mí mismo" ha muerto. La mente no puede buscar la verdad porque no la conoce. La mente no puede reconocer la verdad porque jamás la ha conocido. La verdad adviene a nosotros en forma espontánea cuando hemos eliminado todos los elementos indeseables que constituyen el "mi mismo", el "yo mismo".

En tanto la conciencia continúe embotellada entre el yo mismo, no podrá experimentar eso que es lo real, eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente, eso que es la verdad. Cuando el mi mismo queda reducido a polvareda cósmica, la conciencia se libera para despertar definitivamente y experimentar en forma directa la verdad. Con justa razón dijo el Gran Kabir Jesús: "CONOCED LA VERDAD Y ELLA OS HARÁ LIBRES".

¿De qué sirve al hombre conocer cincuenta mil teorías si jamás ha experimentado la Verdad? El sistema intelectual de cualquier hombre es muy respetable, mas a cualquier sistema se le opone otro y ni uno ni otro es la verdad. Más vale auto-explorarnos para auto-conocernos y experimentar un día en forma directa, lo real, la VERDAD.

Samael Aun Weor  La Gran Rebelión Capítulo 5º La Ley del Pendulo

 

LA GRAN REBELIÓN  CAPÍTULO 5º  LA LEY DEL PÉNDULO comentado por Sagrario S.G., M.G.

 

El V. Maestro Samael en este capítulo 5º, nos da la clave esencial para tener dominio sobre las situaciones de la vida… Nos hace reflexionar sobre el hecho de que “Todo fluye y refluye, sube y baja, va y viene”. Los extremos siempre son perjudiciales, debemos buscar el punto medio, el fiel de la balanza, para no ser vituperados por los vaivenes existencialistas de la materia y sus recurrencias en este valle del Samsara.

Un reloj de pared nos hace comprender a la ley del péndulo pues sin el péndulo el reloj no funcionaría. En los antiguos tiempos el dogma de la evolución no existía; Entonces, los sabios entendían que los procesos históricos se desenvuelven siempre bajo la Ley del Péndulo.

Así dice el Aclesiastes1: “Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén: Vanidad de vanidades… todo es vanidad… ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?... Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece. Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta…

Todo está sometido al vaivén cíclico del tiempo, todo evoluciona e involuciona. En un extremo del péndulo está la alegría, en el otro el dolor; todas nuestras emociones, pensamientos, anhelos, deseos, oscilan de acuerdo con la Ley del Péndulo. Esperanza y desesperación, pesimismo y optimismo, pasión y dolor, triunfo y fracaso, ganancia y pérdida, corresponden a los dos extremos del movimiento pendular.

“…El viento tira hacia el sur y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír”.

El ego nunca se sacia. Por el ego estamos recurriendo vida tras vida en el Samsara. La liberación pendular se hace imposible alimentando más y más a nuestro agregado psicológico. Todo es fatigoso y sin embargo, adoramos los placeres que nos aprisionan y amargan la vida.

El movimiento pendular, igual que en el hombre, actúa en las sociedades. Levanta y hunde Imperios, hace surgir poderosas civilizaciones y luego las destruye, como ocurrió en Egipto con todo su poderío, pero cuando el péndulo se fue al otro lado, cayó el país de los faraones y se levantó Jerusalén, la ciudad de los Profetas.

Del mismo modo ocurre con las diversas escuelas seudo-esotéricas y seudo-ocultistas, religiones y sectas. El fanático religioso, debido a cualquier acontecimiento insólito o decepción, puede irse al otro extremo del péndulo, convertirse en ateísta, materialista y escéptico. Materialismo y espiritualismo, con toda su secuela de teorías, prejuicios y pre-conceptos, se procesan en la mente de acuerdo con la Ley del Péndulo y cambian de moda de acuerdo con los devaneos del tiempo.

Los fanáticos del Dios-materia y los científicos del Materialismo-dialéctico son empíricos y absurdos. Hablan sobre materia con una auto-suficiencia deslumbrante, cuando en realidad nada saben sobre la misma. La materia y el espíritu no son sino dos caras de la misma moneda.

Con los conceptos del péndulo juega mucha gente, pero los conceptos no son la Realidad. La verdad está en el centro del péndulo, no en la extrema derecha ni tampoco en la extrema izquierda. La verdad es algo que debe ser experimentado en forma directa, como cuando uno mete el dedo en el fuego y se quema, o como cuando uno traga agua y se ahoga.

El centro del péndulo está dentro de nosotros mismos, y es allí donde debemos descubrir y experimentar en forma directa lo real, la Verdad. Necesitamos auto-explorarnos profundamente para auto-descubrirnos y auto-conocernos a nosotros mismos. La experiencia de la verdad sólo adviene cuando hemos eliminado los elementos indeseables que en su conjunto constituyen el ego, el mí mismo.

El sistema intelectual de cualquier hombre es muy respetable, más a cualquier sistema se le opone otro y ni uno ni otro es la verdad. Más vale auto-explorarnos para auto-conocernos y experimentar en forma directa, lo real, la VERDAD.

Lista de audio videos de la La Gran Rebelion hacer CLIC aquí  comentados por  Sagrario G.E., M.G.

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