7 radicales del fuegoSegundo grado

Imposible olvidar aquellos instantes en que el Bendito encomendara a cierto especialista la sacra misión de conducir sabiamente por mi espina dorsal el segundo grado de poder del fuego.

Yo quería conocer a fondo los misterios de la cuarta coordenada y penetrar victorioso en la "Tierra Prometida". Necesitaba con urgencia máxima, inaplazable, restaurar los poderes ígneos en mi fondo vital etérico.

Cuando la segunda serpiente despertó para iniciar su ascenso hacia adentro y hacia arriba, a lo largo de la médula espinal etérica, fui agasajado en el templo con un gran festival cósmico. El "Jina" especialista me asistía durante la cópula metafísica; Litelantes y yo lo percibíamos con el sexto sentido.

Ostensiblemente no estaba abandonado; el "Jina" me auxiliaba con fuertes pases magnéticos que iban desde el coxis hasta la glándula pineal.

Aquel maestro se había echado sobre sus hombros una gran responsabilidad moral, debía conducirme inteligentemente el fuego viviente y filosofal a lo largo del canal medular espinal del famoso "Lingam Sarira" Teosófico (fondo vital del organismo humano).

"Esta iniciación es mucho más trabajosa", así me lo había dicho el Logos de nuestro sistema solar; empero yo anhelaba con ansias infinitas conocer los misterios del "Mundo Etérico" en la "tierra prometida".

El brillante ascenso de la segunda serpiente ígnea a lo largo del canal medular de vértebra en vértebra y de chacra en chara se realizó muy lentamente, de acuerdo con los méritos del corazón.

Cada vértebra espinal de tipo etérico implica determinadas virtudes, ostensiblemente debemos ser probados antes de llegar a tal o cual vértebra; recordemos que el oro se prueba con el fuego y la virtud con la tentación.

En el país de las mil y una noches también existen ágapes místicos; yo estuve en una de esas cenas; los invitados fuimos regiamente atendidos por cisnes de inmaculada blancura a orillas de un lago cristalino.

Invitado fui a un festín macabro y lo que sobre la mesa trágica viera fue realmente espantoso. Profana cabeza sangrante puesta sobre una bandeja de plata, adornado todo con algo que es mejor callar.

Ostensible su honda significación: El ego animal, el Sí mismo, el Mí mismo, debe ser degollado. Como consecuencia o corolario todo esto lo comprendí en forma íntegra, unitotal, al ver la mesa macabra en la sala del festín.

Cuando abandoné aquel antro insólito y abismal, los Adeptos de la Fraternidad Oculta me dieron un hermoso presente. Trátase de un minúsculo instrumento de magia, mediante el cual puedo operar como Teurgo modificando la plástica. Quienes hayan visto mis fotos podrán evidenciar por sí mismos el hecho concreto de que en forma voluntaria manejo la plástica.

Variadas formas de mi rostro desconciertan a mis mejores fotógrafos; empero confieso francamente y sin ambages que este poder no soy yo el que lo tiene, sino el Íntimo, mi Real Ser Interior, Atman.

Él opera sobre la plástica cuando es indispensable. Si escribiese detalladamente todo aquello que nosotros los místicos hemos experimentado en las treinta y tres cámaras santas del mundo etérico, llenaríamos muchos volúmenes, por ello prefierohablar en síntesis.

Cuando el segundo grado de poder de fuego llegó a la altura de la laringe creadora, fui metido en la cárcel. El acta acusatoria decía textualmente lo siguiente: "Este señor, además de cometer el delito de curar a los enfermos, es también autor de un libro titulado "El Matrimonio Perfecto", el cual es un atentado contra la moral pública y las buenas costumbres de los ciudadanos".

Fue pues en el horripilante calabozo de una vieja prisión sudamericana donde hube de pasar por la clásica ceremonia de decapitación. Entonces vi al pie de un viejo torreón a mi Divina Madre Kundalini, con la espada flamígera en su diestra, decapitando a una criatura. Él, mi Mónada, entró en mí -en mi alma- y entonces me transfiguré totalmente. Con plenitud lúcida a sí mismo me vi íntegramente.

Él es el quinto de los siete espíritus ante el trono del cordero y yo soy su boddhisattwa. Esto viene a recordarnos aquella frase de Mahoma "Alá es Alá y Mahoma su Profeta". Al salir de aquella prisión me dirigí a casa; allí me aguardaban mis mejores amigos. Días después el segundo grado de poder del fuego hacía contacto directo en el átomo del Padre situado en el campo magnético de la raíz de la nariz; entonces vi en visión de noche a la estrella flamígera con el ojo de Dios en el centro.

La Pentalfa resplandeciente se desprendió del Cristo Sol para brillar sobre mi cabeza... El festival cósmico de la noche de la Iniciación fue extraordinario. Desde el umbral del templo vi en mi Real Ser -el Íntimo- crucificado en la cruz en el fondo sacratísimo del Santuario y ante los Hermanos de la Fraternidad Oculta. Mientras Él recibía la iniciación, yo en el vestíbulo del templo arreglaba cuentas con los señores del Karma.

Doctina Gnóstica develada por Samael Aun Weor

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