Salir al AstralSalida astral

Pregunta: Maestro, para salir del cuerpo físico ¿se necesita algún aprendizaje antes, o hay alguien que lo sabe hacer de nacimiento?, porque yo he oído a muchas personas que dicen, yo se viajar en astral. ¿Podría explicarme si es lo mismo? 

 

Respuesta: Mi respetable amiga, me parece muy a propósito su pregunta. En nombre de la verdad debo decirle que a mi nadie me tuvo que enseñar a salir en astral. Nací con esa facultad, por eso es que conozco los misterios de la vida y de la muerte. Ahora se explicará usted por si misma de donde saco estos conocimientos que escribo en mis libros.

 

Sin embargo, mi caso no es una excepción: mi esposa Litelantes también sabe salir del cuerpo físico a voluntad; salimos juntos, visitamos los templos de Misterios, ayudamos a muchas gentes de remotos lugares, investigamos misterios, hablamos con los Dioses, los Ángeles y con los Devas inefables y regresamos al cuerpo físico trayendo los mismos recuerdos.

 

Esto es similar a cuando dos personas salen de casa a dar un paseo en día Domingo y regresan hablando sobre las distintas ocurrencias del camino. En los distantes rincones del planeta Tierra hay muchas gentes que saben salir del cuerpo a voluntad; es necesario que ustedes también aprendan a hacerlo para que conozcan las grandes maravillas de la naturaleza y del cosmos y para que sepan que es lo que hay más allá de la muerte.

 

Pregunta: Maestro, usted nos dice que para salir en astral hay que aprovechar le momento en que uno está entre vigilia y sueño; ¿en otros momentos no puede uno hacerlo?

 

Respuesta: Distinguida señorita: quiero que usted sepa que cuando ya se está práctico en esto de la salida en astral, puede escaparse del cuerpo físico a voluntad, aún cuando el cuerpo carnal este sentado o esté de pié; empero, repito, esto último es para gentes muy prácticas. Lo normal, lo natural, es acostarse uno en su cama para desdoblarse.

 

Pregunta: Maestro, ¿se puede invocar a algún maestro en especial para que nos ayude a salir en astral?

 

Respuesta: Bien amiga. Permítame decirle que hay seres invisibles que nos ayudan; sin embargo, ustedes pueden pedirle auxilio a su propia Madre Divina Particular. Me refiero a su Madre Naturaleza propia, porque es obvio que cada cual tiene la suya. Ustedes deben suplicarle en el nombre del Cristo que los saque del cuerpo en aquel preciso instante en que se hallen en estado de transición entre vigilia y sueño.

 

Pregunta: Maestro, ¿existe alguna oración especial para llamar a nuestra Madre Naturaleza Particular?, ¿podría usted enseñárnosla?

 

Respuesta: Bondadosa discípula que me está escuchando, voy a darle un consejo que le servirá a todo el mundo. Acuéstese usted boca arriba en su cama con el cuerpo bien relajado y adormézcase recitando con su pensamiento y con su corazón la siguiente plegaria: "Creo en Dios Creo en mi Madre Divina Y creo en la magia blanca Madre mía, sacadme de mi cuerpo"

 

Recite usted con toda devoción y con intensiva fe esta oración mágica. Recela millones de veces, si hay necesidad, adormeciéndose. Empero, recuerde usted aquel dicho que dice: " a Dios rogando y con el mazo dando".

 

Cuando ya se sienta en ese estado de lasitud propia del sueño, al empezar en su mente las primeras imágenes ensoñativas, venza la pereza, por favor se lo ruego, y sintiéndose como un fantasma sutil y delicado, haga lo del peregrino de nuestra historia del salón de huéspedes, levántese de la cama y salga de su casa, ¿entendido?

 

Pregunta: Maestro, ¿le podemos pedir a nuestra Madre Naturaleza Particular que nos lleve a determinado lugar, o ella nos lleva a donde debemos ir de acuerdo con nuestra preparación?

 

Respuesta: Esta bien la pregunta que usted ha hecho. La Madre Divina sabe a donde cebe llevarnos a cada uno; sin embargo, también podemos solicitarle que nos lleve a tal o cual lugar y si ella quiere hacerlo esta bien. Empero, si ella no quiere llevarnos a donde nosotros deseamos, sino que mas bien nos transporta a otro lugar diferente, debemos acoger con gusto su decisión, porque es claro que nuestra Madre sabe lo que necesitamos, lo que más nos conviene.

 

Samael Aun Weor

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