El amor propioEl nivel del Ser

¿Cuál es el objetivo real de nuestra existencia? ¿Para qué estamos aquí? ¿Por qué?  Esto es algo que debemos elucidar con claridad meridiana; esto es algo que debemos analizar, juzgar serenamente.

En esta escalera maravillosa, es claro que podemos encontrar todos los Niveles de Ser... cada persona es diferente y esto nadie puede refutarlo.

Vivimos en el mundo, ¿con qué objetivo? ¿Sufrimos tanto para qué?  ¿Luchamos para conseguir eso que se llama pan, abrigo, techo y después de todo, qué?  ¿Dónde quedaron todos nuestros esfuerzos?  ¿Vivir por vivir, trabajar para vivir y luego morir es, acaso, algo maravilloso?  

La verdad, amigos, es necesario comprender el sentido de nuestra existencia, el sentido de vivir. 

Hay dos líneas en la vida: a una de ellas podríamos llamar horizontal, a la otra, vertical. Ellas forman una cruz dentro de nosotros mismos, aquí y ahora, ni un segundo más adelante, ni un segundo más atrás.  Necesitamos objetivar un poco estas dos líneas. 

La horizontal empieza con el nacimiento y termina con la muerte; delante cada cuna existe la perspectiva de un sepulcro, todo lo que nace debe morir. En la horizontal está todo el proceso de nacer, crecer, reproducirse, envejecer y luego morir.  En la horizontal están los placeres de la vida: licores, fornicaciones, adulterios, etc.  

En la horizontal está la lucha por el pan de cada día, la lucha por no morir, por existir sobre la luz del sol. En la horizontal están esos sufrimientos íntimos de la vida práctica, del hogar, de la calle, de la oficina, etc. Nada maravilloso puede ofrecernos la línea horizontal. 

Más, existe otra línea totalmente diferente; quiero referirme, de forma enfática, a la vertical. Esta vertical es interesante.  En ella encontramos los distintos niveles del Ser; en ella están los poderes transcendentales y transcendentes del Íntimo; en esta vertical están los poderes esotéricos, los poderes que divinizan, la Revolución de la Consciencia, etc.  

Con las fuerzas de la vertical nosotros podemos influir decididamente sobre los aspectos horizontales de la vida práctica; podemos cambiar, totalmente nuestro destino, hacer de nuestra vida algo diferente y pasar a ser algo totalmente distinto de lo que fuimos, de lo que somos, de lo que hemos conocido en esta amarga existencia.

La vertical es maravillosa, revolucionaria por naturaleza; sin embargo, se necesita haber un poco de inquietudes. Antes de todo les pregunto a todos: ¿Estamos, acaso, contentos con lo que somos? ¿Quién de ustedes se siente feliz, en el sentido más completo de la palabra?” 

Samael Aun Weor

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