Cuarto Circulo Infernal o Esfera Sumergida del Sol
Si, Hay Infierno; Si, Hay Diablo; Sí, Hay Karma
Distinguidos amigos, vamos esta noche a estudiar conscientemente el Cuarto Círculo Dantesco, ubicado en las Infradimensiones naturales, bajo la Región Tridimensional de Euclides. Quienes hemos pasado por los diversos procesos esotéricos trascendentales en las Dimensiones Superiores, hemos podido verificar, por sí mismos y en forma directa, el crudo realismo del Reino Mineral Sumergido Solar.
Incuestionablemente, en los Infiernos Solares del resplandeciente astro que da vida a todo este Sistema Solar de Ors, no vemos los grotescos espectáculos dantescos de los Infiernos Terrestres. Es obvio que en el Reino Mineral Sumergido Solar, existe la pureza mineral más perfecta.
Indubitablemente, en el radiante astro que es el corazón mismo de este gran sistema en el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser, sólo moran dichosos los Espíritus Solares. Como quiera que existen individuos sagrados y eternos, no es posible pensar en fracasos contundentes y definitivos, como los de nuestro mundo terráqueo. Resulta pues evidente el hecho concreto de que no existen moradores tenebrosos en las Infradimensiones naturales del Mundo Solar.
Otro caso, muy diferente, es el de las Infradimensiones de nuestro planeta Tierra. Resulta patético, claro y manifiesto, para todo investigador Esoterista, los estados involutivos del Cuarto Círculo, bajo la corteza geológica de nuestra Tierra. Como quiera que el Sol es la fuente de toda vida, y el agente maravilloso que sustenta toda existencia, de acuerdo con la Ley del ETERNO-TROGO-AUTO-EGOCRÁTICO-CÓSMICO-COMÚN, obviamente, la antítesis fatal y negativa de todo esto venimos a encontrarlo, realmente, en el aspecto antitético Solar de la Cuarta Zona Sumergida Terrestre.
En esa Tenebrosa Región, en esos Infiernos Atómicos de la Naturaleza, encontramos dos tipos específicos de gentes involucionantes: Quiero referirme en forma enfática a los DERROCHADORES y a los AVAROS; dos clases de sujetos que no pueden reconciliarse entre sí jamás, y que una y otra vez se atacan en forma incesante.
Analizando esta cuestión de fondo debemos aseverar, solemnemente, que es tan absurdo el despilfarro como la avaricia. Dentro del proceso meramente Trogo-Auto-Egocrático-Cósmico-Común, debemos permanecer siempre fieles a la balanza. Es claro que la violación de la Ley del Equilibrio, trae consecuencias kármicas dolorosas. En el terreno de la vida práctica podemos verificar, conscientemente, las desastrosas consecuencias que devienen de la violación de la Ley de la Balanza.
El pródigo, el derrochador, aquél que malgasta su dinero, aunque en el fondo se sienta muy generoso, es indubitable que está violando la Ley. El avaro, aquél que no hace circular el dinero, aquél que egoístamente lo retiene en forma indebida, más allá de lo normal, ostensiblemente está perjudicando a la colectividad, quitando el pan a muchas gentes, empobreciendo a sus semejantes. Por tal motivo está violando la Ley del Equilibrio, la Ley de la Balanza.
El derrochador, aunque aparentemente haga bien haciendo circular la moneda en forma intensiva, es lógico que produce desequilibrio, no solamente en sí mismo, sino también con el movimiento general de valores. Esto a la larga ocasiona tremendos perjuicios económicos a los pueblos. Pródigos y avaros se transforman en mendigos, y esto está comprobado. Es indispensable, es urgente cooperar con la Ley del Eterno-Trogo-Auto-Egocrático-Cósmico-Común, no entorpecer el equilibrio económico, no dañarse a sí mismo, no perjudicar a los demás.
Como quiera que muchos ignoran lo que es la Ley del ETERNO-TROGO-AUTO-EGOCRÁTICO-CÓSMICO-COMÚN, conviene aclarar lo siguiente: Esta Gran Ley se manifiesta como recíproca alimentación de todos los organismos. Si observamos cuidadosamente las entrañas de la Tierra, encontraremos el cobre como centro de gravedad de todos los procesos evolutivos e involutivos de la Naturaleza.
Si aplicamos la fuerza meramente positiva a dicho metal, veremos con la Clarividencia Objetiva, desarrollos evolutivos extraordinarios. Si aplicamos la fuerza negativa, podremos evidenciar en forma directa impulsos involutivos, descendentes en todos los átomos de dicho metal. Si aplicamos la fuerza neutra, veremos procesos de estabilización atómica en tal metal. Muy interesante es, para los investigadores esoteristas, contemplar las radiaciones metálicas del cobre entre las entrañas vivientes del organismo planetario.
Uno se asombra al ver como las emanaciones del mencionado metal, animan a su vez a otros metales, a tiempo que como recompensa, se alimenta también con las emanaciones de los mismos.
Hay pues intercambio de radiaciones entre los distintos metales que existen en el interior de la Tierra; hay recíproca alimentación entre los metales, y lo que más asombra es el intercambio de radiaciones entre los metales que existen en el interior de la Tierra y aquellos que subyacen dentro del Reino Mineral Sumergido, en otros mundos del Sistema Solar. He ahí la Ley del ETERNO-TROGO-AUTO-EGOCRÁTICO-CÓSMICO-COMÚN en plena manifestación. Esta Gran Ley, permite la convivencia entre los mundos.
Esta alimentación recíproca entre los planetas, este intercambio de substancias planetarias, deviene originando el equilibrio de los mundos alrededor de sus centros gravitacionales. Con otras palabras diremos lo siguiente: Existe recíproca alimentación entre las plantas, entre los minerales, entre el organismo de toda especie, etc., etc., etc. Los procesos económicos y humanos, las fluctuaciones de la moneda, el debe y el haber financiero, el intercambio de mercancías y monedas, la economía particular de cada cual, lo que cada uno recibe y gasta, etc., etc., etc., pertenece también a la Gran Ley del eterno-TROGO-AUTO-EGOCRÁTICO CÓSMICO COMÚN.
Es claro, repetimos, es evidente que, en nuestro Sistema Solar, el radiante astro que nos ilumina, es de hecho el administrador de esta suprema Ley Cósmica. No sería posible el funcionalismo de tal Ley violando todo equilibrio. Ahora podemos explicarnos, claramente, el motivo fundamental por el cual pródigos y avaros, alteran la balanza de pagos y ocasionan funestas consecuencias en el equilibrio Cósmico y humano. Quienes violan la Ley, en alguna forma deben recibir su merecido. No es pues extraño encontrar en la antítesis Solar, en el Cuarto Círculo Dantesco, a los pródigos y a los avaros.
P- Querido Maestro, nos ha hecho usted una exposición en verdad trascendental, sobre el Cuarto Círculo Dantesco; informándonos que ahí moran tanto los pródigos como los avaros. ¿Tendría inconveniente en explicarnos qué tipo de sufrimientos pueden padecer los seres que ahí habitan? R- Amigo mío, su pregunta me parece bastante interesante, y me apresuro a responderle... Como quiera que en los Mundos Sumergidos sólo vemos resultados, le invito a la reflexión. Pregúntese a sí mismo qué es la avaricia; en qué se parece un avaro a un mendigo; cuál es la vida de los avaros, sus enfermedades, sus padecimientos, en qué forma mueren.
Vayamos al otro extremo. Pensemos por un instante en la persona que ha derrochado toda su fortuna. ¿En qué situación queda? ¿Cuál es la suerte de sus hijos, de su familia en general? Etc., etc., etc.
En el Casino de Montecarlo, se conocieron muchos casos de suicidio. Jugadores que quedaron en la miseria, que perdieron sus millones, se suicidaron de la noche a la mañana. ¿Qué diremos ahora de estos dos tipos de gentes? Amigos, en los Mundos Infiernos sólo existen resultados, y estos son catastróficos, terribles, espantosos. En el Averno, desesperados, los pródigos y avaros blasfeman contra la Divinidad; maldicen, se combaten mutuamente, se sumergen en espantosa desesperación.
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