Tabú
El hombre no está sometido en su sexualidad a los ciclos de celo, como ocurre con los animales. Su líbido siempre está ardiendo, como la llama olímpica.
Esto no tiene nada de natural y sin embargo, tanto en el pasado como ahora ha existido una gran preocupación de que, precisamente en el sexo, el hombre se condujese de un modo natural, preocupación que no se ha dado ni en las ideas, ni mucho menos en los comportamientos respecto a ninguna otra cosa.
Lo mismo que las inquietudes de su espíritu, la sexualidad del hombre es trans natural, sobrepasa a la naturaleza.
Este comentario del conferencista y publicista español Carlos Alfonso en su libro "Proceso al siglo XX" puede servir de introducción a la sexología gnóstica, un estudio de la sexualidad humana en la que entiende al sexo como la capacidad de regenerar completamente al ser humano desde el punto de vista anímico, energético y hasta físico.
El hombre está señalado para trascender, pero el enfoque moderno de la sexualidad es la piedra de tropiezo o simplemente una gran trampa en la que hemos caído descuidadamente.
La capacidad de salir de esa trampa esta dada por el conocimiento del sexo, su sentido, su objetivo y las posibilidades de transformación que la sexualidad sagrada puede darnos.
En el sexo está el poder secreto que abre o cierra las puertas del Edén. La energía sexual, correctamente orientada, abre las puertas del Paraíso. La energía creadora, equivocadamente orientada, cierra las puertas del Paraíso.
En realidad es lógico suponer que la energía sexual, capaz de generar (a través de la reproducción) y de de-generar (la degeneración es eminentemente sexual) sea también capaz de re-generar. Lejos de ser simplemente una función biológica animal, el sexo es la unión cósmica de los opuestos, la energía primordial de la que surgen todas las cosas y todos los seres que hay en el universo.
"La energía sexual es realmente y sin duda alguna, la energía más sutil y poderosa que normalmente se produce y conduce a través del organismo humano. Todo lo que es el hombre, incluyendo las tres esferas del pensamiento, sentimiento y voluntad, no es sino el resultado exacto de las distintas modificaciones de la energía sexual".
Sin embargo, de la forma en la que encaramos la cuestión sexual en nuestra civilización moderna las capacidades regenerativas del sexo están totalmente frustradas, ya que vemos unicamente al sexo como una función placentera o reproductiva y no alcanzamos a comprender el carácter sagrado que posee.
La cultura moderna ve al sexo en función de su propia ignorancia. El sexo es hoy objeto de tabú y prejuicios para muchos, o campo de libertinaje para otros. Es objeto de juego o de deporte. Los chistes más jocosos tienen que ver con el sexo, con sus abusos, sus fallas y sus limitaciones. Los insultos más soeces e hirientes tiene el sexo como protagonista.
El sexo vende más que ninguna otra cosa y se usa para vender desde un chocolate hasta una computadora. La mujer, que quiso emanciparse en la revolución social de los 60, es hoy, paradójicamente, presa de una maquinaria que la oprime, la humilla y la usa como adorno de venta.
También el sexo masculino fue integrado, más recientemente, a esta penosa maquinaria. Lo que en algún momento quiso ser la liberación femenina, paso a convertirse en una prisión compartida, cuyos carceleros son el poder, el dinero, la codicia, la envidia, la misma lujuria... Se ha dicho "el dinero mueve al mundo", a lo que podemos agregar "el sexo mueve al dinero". Mirando este panorama decadente, es realmente difícil entender lo que la gnosis plantea acerca de la sexualidad. Este comentario que hacía el V. M. Samael Aun Weor puede ayudarnos:
"Ha llegado la hora en que nosotros dejemos para siempre de profanar el sexo, con revistas pornográficas; la lujuria, la forma como se mira el sexo como si fuera en realidad de verdad algo inmundo causa horror.
Un Hombre Real nunca profanaría el sexo, un Hombre Real sabe que el sexo es sagrado, sabe que esa fuerza maravillosa puso en existencia el Universo, sabe que el día que dejara de fluir esa energía sexual en la Naturaleza, las plantas dejarían de reproducirse, los animales dejarían de reproducirse, desaparecería todo lo que existe, la Tierra se convertiría en un desierto; entonces, ¿por qué hemos de ver en el sexo la morbosidad? ¿Por qué hemos de escupir en el sagrado santuario del Amor? ¿Por qué hemos de mirar con lujuria lo que es sagrado, la cópula química o metafísica?"
Se confunde al amor de pareja con la pasión sexual, la cual, una vez satisfecha sólo deja como resultado el hastío o el rechazo, que desemboca inevitablemente en divorcios y separaciones. "La gente cree que el Amor es sólo vulgaridad, placer carnal, deseo violento, satisfacción, etc. Sólo quien pueda ver más allá de estas pasiones animales, solo quien renuncie a este tipo de psicología animal, puede descubrir en otros mundos y dimensiones la grandeza y majestad de eso que se llama Amor"
"La gente sueña profundamente, la gente vive dormida y sueña con el Amor, pero no ha despertado al Amor; le canta al Amor, y cree que el Amor es eso que sueña" "Cuando el hombre despierta al Amor, cuando se hace consciente del Amor, reconoce que estaba soñando; entonces y solo entonces, descubre el verdadero significado del Amor; sólo entonces viene a saber qué es eso que se llama Amor".
En otro sentido surge también entre la cultura occidental moderna una definición de Amor entendida como una cualidad espiritual, algo paralelo o relacionado al sexo pero no intrínsecamente ligado a la función sexual. Al respecto el Dr. Jorge Adoum en su excelente libro La zarza de Horeb expresa "Aquel que se aleja del sexo para buscar la pureza perfecta, es como quien busca la luz del día en el seno de la noche; quien ama la pureza debe buscarla en el mismo sexo.
En la primera mitad del pasado siglo algunos eminentes autores comenzaron a plantear la necesidad de dar a conocer la clave de la transmutación sexual, el tantrismo blanco, ese secreto-secretorum de los antiguos alquimistas, tan bien guardado por los iniciados.
El Dr. Arnoldo Krumm Heller (V. M. Huiracocha) daba la clave en latín, para que los aspirantes a la verdad se tomasen, aunque más no fuese, el trabajo de traducirla.
El Dr. Jorge Adoum comentaba "El sexo es el fundamento y el pináculo de la Religión. Las emociones religiosas brotan del poder animador de la naturaleza sexual y por medio de las emociones así despertadas, deificamos y adoramos la fuente de inspiración de nuestros anhelos espirituales.
Por el momento no podemos develar más "Los grandes Misterios" En el ámbito científico se llevaban a cabo los experimentos de la Sociedad Oneida, que demostraban las utilidades de la sublimación de la energía en la relación de pareja. Luego estos experimentos fueron discontinuados por motivos poco claros.
Pero en el año 1952 el V. M. Samael Aun Weor conmovió para siempre el ambiente místico de occidente dando a conocer la "fórmula mágica" para trabajar con las energías sexuales a través del libro "El Matrimonio Perfecto".
Desde entonces a esta fecha, vale decirlo, se han escuchado muchas voces hablando de sexualidad sagrada en occidente. Algunas pocas de esas voces son sucedáneas o consecuentes a las enseñanzas del tantrismo blanco. Otras en cambio han usado la enseñanza original para mezclarla con concepciones modernas del sexo y es así que no podemos, a este respecto, seguir cualquier orientación.
Las claves gnósticas son muy precisas y específicas y la orientación de un buen instructor gnóstico es necesaria para no cometer errores que podrían costarnos muy caros. No por esto queremos colocarnos como únicos poseedores de las claves de estos misterios. Sabemos que los iniciados budistas, sufíes, teósofos, yoguis, rosacruces, etc, de todos los tiempos las han conocido, las conocen y las practican.
Sin embargo las claves del tantrismo se mantuvieron en poder de unos pocos iniciados y fueron siempre transmitidas de labios a oídos, de maestro a discípulo. Aún así parte de ese conocimiento se ha entregado últimamente, lo que marca que estas escuelas están tomando en cuenta estos nuevos tiempos. Por ejemplo en los libros de tantrismo y en los de taoísmo se han dado a conocer estos secretos, aunque, es importante decirlo, de una manera a veces confusa y desordenada, y en ocasiones muy poco fiel a la enseñanza original.
La gnosis en cambio está cumpliendo hoy en día la delicada misión de entregar esto en forma lisa y llana, de manera precisa y con tremenda claridad, para que quien quiera lo tome, y quien no, lo deje. Esta decisión es tanto más importante en la medida en que nuestra cultura involucionante nos lleva, día a día, a asumir aspectos más degenerativos de la sexualidad.
En definitiva, estas enseñanzas gnósticas acerca de la sexualidad superior invitan a cambiar el rumbo de nuestra vida usando los encantos y poderes de esa energía primordial. Es necesario que los esposos se amen profundamente. La gente confunde el deseo con el Amor. Todo el mundo le canta al deseo, y lo confunden con eso que se llama Amor.
Sólo aquellos que han encarnado su Alma, saben lo que es Amor. El yo no sabe que es Amor. El yo es deseo. ..." "Es urgente abrir nuevamente los templos del Amor para celebrar nuevamente las fiestas místicas del Amor.