Estudio de los sueños

Estudio de los sueños SuenosDormir y soñar

Dormimos unas 8 horas diarias, por lo tanto pasamos durmiendo una tercera parte de nuestra vida; en una existencia de sesenta años, veinte han sido, aparentemente, sin hacer nada. Imprescindible para la regeneración celular cerrar heridas y conservar la salud.

La Conciencia: Consciente, Subconsciente e Inconsciente.

Hay quienes dejan a Dios o a los Misterios Divinos todo aquello que ignoran o no saben explicar sobre la vida, diciendo frases como: “solo Dios puede saberlo”. Otros sustituyen a “Dios” por “inconsciente”.

Con frecuencia se compara a nuestra Conciencia con un iceberg o montaña de hielo del cual la parte que sobresale por encima de las aguas sería el Consciente y la que permanece oculto por debajo de las mismas el Inconsciente: y en este símil, muy gráfico y adecuado a la realidad, el Subconsciente sería aquella parte del inconsciente que se halla en intimo contacto con el Consciente.

Pero debemos aclarar que la mente no es la Conciencia, aunque lo Subconsciente y lo Inconsciente es Conciencia sumergida en la mente. Lo Consciente está presente aquí y ahora y lo otro es memoria mecánica.

El Inconsciente, archivo de vivencias

Nuestra psiquis es semejante a un archivero de datos y cuanto hacemos durante el día, sentimos o pensamos se va almacenando allí. La hipnosis prueba el hecho de que tal información no se pierde, que es posible recordar hasta la menor palabra y el menor hecho de nuestra vida, haga el tiempo que haga de lo sucedido. Pero este almacenamiento podríamos decir que es automático e indiscriminado, por lo que en otro momento debemos proceder a su “clasificación y archivo” en el lugar correcto de nuestra conciencia.

Tiene el cerebro un tejido muy fino, que es el vehículo físico de los recuerdos Astrales. Cuando ese tejido se daña imposibilita los recuerdos, y sólo se puede remediar el daño en el Templo de Alden, mediante curación de los Maestros.

En el Corazón del Sol hay un hospital o casa de salud, donde se da asistencia oportuna a muchos Iniciados desencarnados para curar sus cuerpos internos. El Mantra para curar las enfermedades del Cuerpo Mental es: S M Han. Ssss... Mmm... Han... La “H” es como un suspiro hondo. “AN” AaaaNnnn... Este mantra se pronuncia por una hora diaria. El discípulo deberá invocar al Arcángel Raphael, diariamente, y a Hermes Trismegisto, solicitando la curación del Cuerpo Mental.

La historia de una nueva-vieja ciencia

El Hombre antiguo no se preocupó en saber por qué dormimos y soñamos y la razón es muy simple, él admitía la existencia de universos paralelos o dimensiones del espacio, por lo tanto se hallaba más preocupado en interpretar lo que los sueños podían significar, y tanto es así que ya encontramos interpretaciones de sueños en escritos babilónicos que se remontan a 6.000 años.

A partir de estas lejanas fechas, todas las culturas y libros sagrados nos hablan de los sueños y de su importante papel en la historia de la humanidad ya que lo consideraron la mejor prueba de la existencia del alma, de los dioses y de la otra vida. El hombre moderno, que niega el universo hiperdimensional, es normal que busque justificar con otras ideas, el por qué dormimos y soñamos, considerando que toda experiencia onírica afecta a todos los hombres por igual.

En la actualidad el libro de los sueños más vendido es de Sigmund Freud, titilado: Interpretación de los sueños Die Traumdeutung y resulta interesante saber que la primera edición del año 1.900, con 600 ejemplares tardó en venderse 8 años. Aun cuando no fue Freud quien descubrió el inconsciente, pues Janet, Schopenhauer, Bergson y otros ya lo habían definido al menos teóricamente, si fue el primero en darse cuenta del importante papel del mismo y de que los sueños eran una vía de comunicación entre Consciente e Inconsciente, lo que los convertía en una función esencial para la vida psíquica.  Más tarde, Carl Gustav Jung, eminente discípulo y después crítico de Freud realizó grandes aportes al estudio de los sueños.

Por qué olvidamos los sueños  Los especialistas del sueño nos responden a esto diciendo que siempre es posible recordar los sueños si despertamos en el momento adecuado, o si realmente queremos recordarlos y tomamos las medidas adecuadas. “Al despertar del sueño normal no debemos movernos, porque es claro que con tal movimiento se agitan nuestros valores y se pierden los recuerdos.”

Práctica:  Se acostará en decúbito dorsal, es decir, sobre sus espaldas, con los ojos cerrados y las manos sobre el plexo solar. Se quedará completamente quieto durante algunos instantes y, después de haberse aflojado o relajado totalmente, tanto en lo físico como en lo mental, se concentrará en Morfeo, el Dios del sueño.

Cuando nos concentramos en Morfeo, éste se alegra por la brillante oportunidad que le brindamos. Es urgente tener fe y saber suplicar. Nosotros debemos pedirle a Morfeo que nos ilustre y despierte en los mundos suprasensibles. A estas alturas comienza a apoderarse del gnóstico esoterista una somnolencia muy especial, y entonces adopta la postura del león:

Acostado sobre su lado derecho, con la cabeza apuntando hacia el Norte, recoge las piernas hacia arriba lentamente hasta que las rodillas queden dobladas. En esta posición la pierna izquierda se apoya sobre la derecha; luego coloca la mejilla derecha sobre la palma de la mano derecha y deja que el brazo izquierdo descanse sobre la pierna del mismo lado.

Es necesario que el discípulo aprenda a llevar en sus salidas astrales a la Doncella querida de los recuerdos para poder traer la memoria de lo que vea y oiga en los mundos internos, pues ella sirve de mediadora entre los sentidos del cerebro físico y los sentidos ultrasensibles del Cuerpo Astral. Viene a ser, si cabe el concepto, como el depósito de la memoria.

En el lecho a la hora de dormir invoque al Intimo, así: Padre mío, Tú que eres mi verdadero Ser, te suplico con todo el corazón y con todo el Alma, que saques de mi Cuerpo Etérico a la Doncella de mis Recuerdos, a fin de no olvidar nada cuando retorne a mi cuerpo. Pronúnciese luego el mantra: LAAAAAA ..... RAAAAA ..... SSSSSSS ..... y adormézcase.  Al despertar del sueño normal no debemos movernos, porque es claro que con tal movimiento se agitan nuestros valores y se pierden los recuerdos.

Indubitablemente, el ejercicio retrospectivo se hace indispensable en tales instantes, cuando deseamos recordar con entera precisión todos y cada uno de nuestros sueños. Es urgente combinar los ejercicios retrospectivos con los siguientes mantra: RAOM GAOM. Cada palabra se divide en dos sílabas. Debe acentuarse la vocal «O». Estos mantram son para el estudiante lo que la dinamita para el minero.

El gnóstico debe anotar muy cuidadosamente los detalles del sueño o sueños en la libreta o cuaderno que colocó debajo de la almohada para este propósito. La ciencia básica de la interpretación de los sueños debemos buscarla en la ley de las analogías filosóficas, en la ley de las analogías de los contrarios y en la ley de las correspondencias y de la numerología.

Las imágenes astrales, reflejadas en el espejo mágico de la imaginación, jamás se deben traducir literalmente pues son tan sólo representaciones simbólicas de las ideas arquetípicas y deben ser utilizadas de la misma manera que un matemático utiliza los símbolos algebraicos. Obviamente, las ideas arquetípicas que descienden del Ser devienen maravillosas informándonos, ya sobre el estado psicológico de tal o cual centro de la máquina, ya sobre asuntos esotéricos muy íntimos, ya sobre posibles éxitos o peligros, etc., envueltas siempre entre el ropaje del simbolismo.

Abrir tal o cual símbolo astral, tal o cual escena o figura, con el propósito de extraer la idea esencial, sólo es posible a través de la “meditación del Ser lógica y confrontativa”.

Los sueños desde la perspectiva Gnóstica La Gnosis enseña que existen muchas clases diferentes de sueños que la Moderna Psicología decadente del hemisferio occidental ignora radicalmente. En rigor de verdad y sin exageración alguna podemos afirmar que la mayoría de los sueños se encuentran vinculados con el centro instintivo-motor; esto es, son el eco de cosas vistas en el día, de simples sensaciones y movimientos, mera repetición astral de lo que diariamente vivimos.

Existen, pues, sueños emocionales, sexuales, intelectuales, motores e instintivos, etc., etc., etc. Los sueños más importantes, las vivencias íntimas del Ser, se hallan asociadas a los dos centros: emocional superior y mental superior. Muchos sueños se refieren al lugar donde estamos es el mundo interior invisible desde el cual surgen las diversas circunstancias de la vida. Aquellos aspirantes que sinceramente anhelen la experiencia mística directa, incuestionablemente deben comenzar por la disciplina del yoga del sueño.

Es preciso recordar siempre que hay influencias superiores que actúan sobre nosotros y que son registradas por nuestro aparato psíquico, pero si estamos apegados a nuestros sentidos y no ponemos atención plena a nuestra vida interior, entonces tampoco lograremos percibir éstas influencias.

Antes de acostarnos para el descanso de los afanes y fatigas del diario vivir, conviene poner la debida atención al estado en que nos encontramos. Los devotos, que debido a las circunstancias llevan vida sedentaria, nada pierden y mucho ganan su antes de acostarse realizan un paseo corto a paso vivo y al aire fresco; tal paseo aflojará sus músculos.

Cuando realmente trabaja el centro emocional superior concluye, aunque sea por breve tiempo, el proceso de pensar. El proceso íntimo revolucionario se hace imposible sin el auxilio de la Divina Madre Tonantzin. Fuera del cuerpo físico, en las horas del sueño, el alma puede platicar con su Divina Madre; empero, es evidente que debemos empezar con la disciplina del sueño.

Necesitamos prestar atención a la recámara en la que hemos de dormir. La decoración debe ser agradable. Los colores más deseables para los fines que se persiguen a despecho de lo que otros autores aconsejan son, precisamente, las tres tonalidades primarias: azul, amarilla y roja. La recámara debe estar siempre muy bien perfumada y ventilada, mas no inundada con el sereno frío de la noche.

Orientemos el lecho en forma tal que la cabecera quede siempre hacia el Norte; así podremos usar inteligentemente la corriente magnética indicada por la aguja. Se colocan debajo de la almohada un cuaderno o libreta y un lápiz, de modo tal que se les pueda encontrar fácilmente en la oscuridad.

Las ropas de cama deben ser frescas y muy limpias; debe perfumarse la funda de la almohada con nuestra fragancia preferida. Después de cumplir con todos estos requisitos, el asceta gnóstico procederá a dar el segundo paso de esta disciplina esotérica. Se meterá en su lecho y, habiendo apagado las luces, se acostará en decúbito dorsal, es decir, sobre sus espaldas, con los ojos cerrados y las manos sobre el plexo solar. Se quedará completamente quieto durante algunos instantes y, después de haberse aflojado o relajado totalmente, tanto en lo físico como en lo mental, se concentrará en Morfeo, el Dios del sueño.

Sería algo más que imposible trazar un esquema del Ser; empero, todas las partes espiritualizadas, aisladas, de nuestra presencia común, quieren la perfección absoluta de sus funciones. Cuando nos concentramos en Morfeo, éste se alegra por la brillante oportunidad que le brindamos. Es urgente tener fe y saber suplicar. Nosotros debemos pedirle a Morfeo que nos ilustre y despierte en los mundos suprasensibles.

Acostado sobre su lado derecho, con la cabeza apuntando hacia el Norte, recoge las piernas hacia arriba lentamente hasta que las rodillas queden dobladas. En esta posición la pierna izquierda se apoya sobre la derecha; y deja que el brazo izquierdo descanse sobre la pierna del mismo lado. Al despertar del sueño normal no debemos movernos, porque es claro que con tal movimiento se agitan nuestros valores y se pierden los recuerdos

El Yoga de los Sueños

En una rama especializada de las enseñanzas tántricas se enseña cierto número de técnicas específicas para controlar el estado de sueño. Se les denomina Yoga de los Sueños y su práctica está conectada directamente con la facultad natural de visualización de la mente.

Estas prácticas son simples, directas y especialmente adecuadas para las capacidades intelectuales altamente desarrolladas de la mente occidental. De hecho resulta sorprendente que no haya surgido una técnica equivalente entre las escuelas contemporáneas de psicología. El análisis de los sueños es muy diferente del Yoga de los Sueños y conduce a una especulación compleja sobre el significado de los sueños, en lugar de producir una simple liberación o una introspección trascendental. Frecuentemente, el resultado final del análisis de los sueños es más confuso que liberador.

El primer ejercicio del Yoga de los Sueños consiste en considerar que todo es sueño. Esto significa que cuando estamos despiertos y vemos, comemos, olemos, caminamos, etc., debemos cultivar una especie de conciencia de los sueños, debemos pensar que “todo esto es un sueño”. Por supuesto, debemos seguir actuando con discriminación y responsabilidad. La finalidad del Yoga de los Sueños es mantener una continuidad ininterrumpida de conciencia tanto en estado despierto como en estado de sueño. Una actitud y fe creativas en el éxito final constituyen dos elementos cruciales de esa práctica. Es conveniente evitar las comidas pesadas, comer y hacer ejercicio en exceso al practicar el Yoga de los Sueños. La Historia registra numerosos ejemplos de individuos que recibieron profundas visiones interiores o incluso enseñanzas completas mientras dormían.

Antes de acostarse, tome un baño o ducha para relajar el cuerpo. Además, practique alguna meditación ligera y ejercicios de respiración y luego, acuéstese sobre el lado derecho. Al recostarse sobre el lado derecho se crea un predominio de la respiración lunar ligada al canal psíquico izquierdo que está en mejor posición de efectuar sueños creativos. La respiración lunar, asociada con el poder Shakti de energía creativa y facultad intuitiva, aumenta el aprendizaje de las artes y las ciencias, así como todas las actividades pacíficas.

Los textos tibetanos indican que se pueden controlar los sueños recostándose sobre el costado derecho, a fin de que predomine la respiración izquierda, y centrando la conciencia en la garganta.

Se emplea una almohada perfumada de tamaño adecuado, ni muy dura ni muy suave, para evitar la tensión en el cuello. Hay que mantener los pies calientes, ya sea mediante calcetines o mantas. Cuando se practica el Yoga de los Sueños en pareja, ambos deben recostarse sobre el lado derecho, con los cuerpos estrechamente abrazados. El hombre debe imaginar que el Kundalini, la mujer interio”, se despierta y toma forma de una diosa. Ambos deben imaginar que son dos hermanas, los nervios sutiles izquierdos y derecho, entrelazadas como el caduceo de mercurio, aumentando mutuamente las mejores cualidades del otro. Se enlazan los pies y las manos, doblando ligeramente las rodillas.

Hay que intentar mantener una ligera presión sobre el lado izquierdo del rostro y la garganta; esto puede realizarse con la almohada o con la mano o brazo derechos. Se verá que, en esta posición, se produce abundante saliva. Se deja que la saliva se acumule en la boca imitando al mismo tiempo que alimenta y nutre al Chacra de la garganta. Se presiona el mentón contra el cuello y se concentra en la región de la garganta. El factor más importante durante esta etapa del Yoga de los Sueños consiste en dormirse mientras se mantiene un deseo sincero de entrar conscientemente en el mundo de los sueños.

Concéntrese en el Chacra de la Garganta e imagine que el ojo de su mente es de color rojo, visualice un tridente rojo o un “OM” dentro del centro de la garganta, radiantemente rojo. Esta visualización estimula la conjunción de nervios de la garganta y ayuda a fijar la conciencia en ese lugar, lo que a su vez permite una entrada consciente en el mundo de los sueños.

Bueno, voy a hablar de algo que es muy importante, quiero referirme enfáticamente a la cuestión de los sueños. Ha llegado la hora de ir al fondo de esta cuestión: considero que lo más importante es dejar de soñar. En realidad los sueños no son más que meras proyecciones de la mente y, por lo tanto, ilusorios, no sirven.

Es precisamente el ego quien proyecta sueños y obviamente esos sueños resultan inútiles; nosotros necesitamos transformar al subconsciente en consciente. Necesitamos eliminar radicalmente no solo los sueños, sino también la posibilidad de soñar y eso es grave; es incuestionable que tal posibilidad existe mientras existan elementos subjetivos dentro de nuestra psiquis.

Necesitamos una mente que no proyecte, necesitamos agotar el proceso de pensar. La mente Proyectista, proyecta sueños y estos son vanos e ilusorios. Cuando hablo de mente proyectista no estoy refiriéndome a los meros proyectos como los que hace un ingeniero que traza o proyecta los planos para un edificio, un gran puente o una carretera, no; Cuando hablo de mente proyectista quiero referirme a todo animal intelectual.

Es claro que el subconsciente siempre proyecta, no solamente casas, edificios o cosas por el estilo, no. Aclaro: Proyecta sus propios recuerdos, sus propios deseos, sus propias emociones, pasiones, ideas, experiencias, etc., etc., etc. La mente proyectista, repito, proyecta sueños y es claro que mientras el subconsciente exista existirán las proyecciones. Cuando el subconsciente concluye, cuando se ha transformado en consciente, las proyecciones concluyen, ya no pueden existir, desaparecen.

Si queremos nosotros llegar a la auténtica iluminación, es necesario y urgente, dijéramos, transformar al subconsciente en consciente. Indubitablemente tal transformación solo es posible aniquilando al subconsciente. Pero el subconsciente es el ego, entonces hay que aniquilar al ego, al yo, al mí mismo, al sí mismo y así es como se transforma el subconsciente en consciente. Necesita dejar de e