Las leyes del trabajo esotérico. Una nueva manera de pensar
Ante todo, es necesario conocer las leyes del trabajo esotérico gnóstico, si es que en realidad de verdad queremos un cambio radical y definitivo. En nombre de la verdad, diremos que si por alguna parte hemos de empezar a trabajar sobre sí mismos, tiene que ser en relación con la mente y con el sentimiento. Sería absurdo empezar a trabajar con el centro motor, por ejemplo. Como sabemos se relaciona con los hábitos, costumbres y acciones de tal centro.
Obviamente, esto sería como empezar con un faquirismo absurdo. A propósito de fakires, en la India hay fakires que, por ejemplo, levantan un brazo en alto y lo sostienen por tiempo indefinido hasta que llega a quedar rígido. Hay otros que permanecen firmes en un lugar durante veinte o treinta años, hasta convertirse en verdaderas estatuas.
Mas, después de todo, ¿ qué es lo que ganan esos fakires? Desarrollar un poco la fuerza de la voluntad, y eso es todo. No podemos pensar que ellos vayan a crear el Cuerpo de la Voluntad Consciente. Es claro que no. No se puede crear un cuerpo fuera de la Novena Esfera. Si fuera posible crear un cuerpo en ausencia de la Novena Esfera, nosotros hubiéramos nacido, pues, del aire, de las aguas de un lago o de una roca, y no seríamos hijos, en verdad de un hombre y de una mujer. Pero, somos hijos, en verdad, de un hombre y de una mujer. Entonces, la creación siempre se realiza en la Novena Esfera. Eso es obvio.
Así pues, ningún fakir podría crear el Cuerpo de la Voluntad Consciente lejos de la Novena Esfera. Nada gana, pues, los que se dedican al faquirismo. Excepto, desarrollar un poco la fuerza de la voluntad y eso es todo. Empezar por el centro motor sería absurdo. Aún más, empezar a trabajar con el centro sexual, sin tener una información correcta del cuerpo de doctrina gnóstico, es absurdo. Pues el que empieza en esas condiciones, no sabe lo que está haciendo, no tiene conciencia clara sobre el trabajo en la Forja de los Cíclopes. Puede caer en gravísimos errores.
Recordemos que el primer centro es el intelectual, el segundo el motor, el tercero el emocional, el cuarto el instintivo y el quinto el sexual. Existe también el sexto que es la emoción superior y el séptimo, el mental superior. Pero si empezáramos, en realidad de verdad, con los centros inferiores de la máquina orgánica, caeríamos en el error. Antes que todo, en estos estudios, debemos empezar por los centros intelectual y emocional.
¿ De qué serviría, por ejemplo, que ustedes asistieran a estas cátedras y no cambiaran la forma de pensar? Aquí se les dan muchos ejercicios esotéricos, se les orienta doctrinariamente. Pero si ustedes no cambian vuestra forma de pensar, ¿de qué sirve todo lo que aquí se les dé? Se les dice que hay que disolver el ego, se les dice que hay que sacrificarse por la humanidad, se les dice que hay que crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, etc.
Pero, si ustedes continúan pensando como antes, con los mismos hábitos mentales de otros tiempos, ¿de qué sirve todo lo que están escuchando aquí? Se les dice que hay que desintegrar el ego, pero ustedes continúan con vuestros viejos hábitos mentales, con vuestras formas y sistemas caducos de pensar. Entonces, ¿de qué les sirve la información que se les está dando? En las Sagradas Escrituras se habla muy claramente y precisamente muy cerca de Juan el Bautista, sobre aquello del vino viejo y el vino nuevo. Como dice el Cristo, nadie echaría, por ejemplo, vino nuevo en odre viejo. Porque los odres viejos se romperían. Así pues, que para el vino nuevo se necesitan odres nuevos.
También dice el gran Kabir Jesús, que a nadie se le ocurriría remendar, poner remiendos a ropa vieja, con pedazos de ropa nueva. Por ejemplo, romper un traje nuevo para remendar un traje viejo. Eso sería absurdo, ¿verdad? Así también, esta nueva enseñanza, es como el vino nuevo, necesita odre nuevo. ¿Cual es ese odre? La mente. Si no abandonamos la forma caduca de pensar, si seguimos pensando con los hábitos que antes teníamos, sencillamente, estamos perdiendo el tiempo.
Es necesario cambiar la forma de pensar. Para el vino nuevo, odre nuevo se necesita. Así pues, necesitamos cambiar completamente nuestra forma de pensar, a fin de recibir esta enseñanza. Ese es el punto grave de la cuestión. Porque si recibimos esta enseñanza y la añadimos a la forma de pensar que teníamos antes, nada estamos haciendo, nos estamos engañando a sí mismos. Querer enganchar este carro de la enseñanza gnóstica a nuestro viejo carro todo dañado por el tiempo y lleno de basuras e inmundicias, es engañarnos a sí mismos. Se trata, ante todo, de preparar el recipiente para recibir el vino de la enseñanza gnóstica. Ese recipiente es la mente. Sólo así, con un recipiente nuevo, transformado, con un recipiente verdaderamente magnífico, se puede recibir ese vino de la enseñanza gnóstica. Y esto es lo que quiero que todos los hermanos vayan comprendiendo.
Necesitamos que las emociones negativas sean eliminadas de nosotros. Porque esas emociones negativas no permiten un cambio de fondo.Es imposible transformarnos si aún poseemos dentro de nosotros emociones negativas. Tenemos que erradicar de nuestro corazón las emociones de tipo negativo, pues son verdaderamente perjudiciales en todo sentido. Una persona que se deja llevar por emociones negativas, se vuelve mentirosa en un cien por cien.
Conozco el caso de un señor que actualmente se encuentra al borde de la muerte. Este buen hombre vino a tener una embolia cerebral. ¿Motivo?, muy claro: Alguien le mal informó que su hermana había sido víctima de un fraude. Tal informe fue después examinado y resultó falso. Este señor llama a su hermana y cree en una infundia difamante que ella le cuenta. La tomó tan en serio que le dio una embolia cerebral. En estos momentos se encuentra al borde de la muerte. Vean ustedes este caso. De manera que las emociones negativas vienen a llevarnos al fracaso.
Su hermana aún sigue convencida de que fue víctima de un fraude. Y es obvio que calumnia a un inocente. Pero, ella está segura de que fue víctima. Personalmente investigué el caso y me di cuenta que ella misma se estaba auto engañando, está mintiendo a sí misma, víctima de las emociones negativas y a su vez, calumniando a otra persona en forma inconsciente. De manera que he dicho a ustedes y repito: las emociones negativas lo tornan a uno mentiroso.
Observen las gentes como mienten llevadas por las emociones negativas. Lanzan juicios falsos. Y luego, se arrepienten, pero es tarde, ya los lanzaron. Así pues, debemos eliminar de nuestra naturaleza las emociones negativas. La mentira, ciertamente, es una conexión falsa. Lo normal es que la energía del Padre, la vida del Anciano de los Días, es decir, de nuestro Ser interior profundo, fluya a través de la organización cósmica interior, hasta llegar a la mente.
Pero si nosotros producimos una conexión falsa, su energía ya no puede fluir. Es como si se interrumpiera la afluencia de esa energía. La electricidad no llegaría al foco, a los focos que nos iluminan. La mentira es una conexión falsa. Por lo común, cuando una se llena de emociones negativas, se torna mentiroso, ésa es la realidad de los hechos. Si nosotros, verdaderamente, comprendemos todo esto, y empezamos por cambiar en nuestra forma de pensar y de sentir, bien pronto esto se reflejará en nuestras acciones. Una vez que uno ha cambiado su forma de pensar, de sentir y de actuar, entonces, está perfectamente listo para empezar a trabajar con los misterios del sexo.
El error de algunos misioneros es que quieren que las gentes comiencen de una vez a trabajar con el maithuna, en la Novena Esfera, sin conocer siquiera el cuerpo de doctrina, pues esto es absurdo. Las gentes que no han cambiado su forma de pensar, que continúan con sus mismos hábitos, las gentes que tienen sus mismas formas de sentir, que son víctimas de las emociones negativas, no comprenden los misterios del sexo, los profanan. Por eso es que Paracelso insiste en que primero que todo, hay que conocer la ciencia, para luego entrar a trabajar en la Novena Esfera.
Y tiene razón en esto, Felipe Teofrasto Bombasto de Honhenein, Aureola Paracelso. Muchos reciben aquí enseñanzas esotéricas, se les da, pero continúan pensando como antes, como pensaban hace veinte años. ¿Qué sucede entonces? ¡ Estamos perdiendo el tiempo! Se les da a las gentes la enseñanza para que se autorrealicen, para que cambien, y continúan pensando como antes. Obviamente, se marcha muy mal. Conozco hermanitos gnósticos que tienen veinte y treinta años de estar en las enseñanzas gnósticas, y todavía piensan como pensaban en el pasado. Muy ilustrados, sí, manejan muy bien las ideas, pero si uno les examina detenidamente, sus vidas, sus costumbres, verá que son las mismas que tenían antes.
Hay hermanos hasta muy juiciosos, misioneros que platican muy bien sobre la Gnosis, que manejan el cuerpo de doctrina en forma extraordinaria, pero los he estado observando y actúan como cuando no eran gnósticos, actúan como actuaban hace treinta años. Tienen las costumbres viejas que tenían cuando nada sabían de estas enseñanzas. Siguen con sus mismas viejas costumbres. ¿Qué están haciendo esos hermanos? Obviamente, se está auto engañando miserablemente. Eso es obvio. Así pues, hemos de empezar por cambiar la forma de pensar, y después, la forma de sentir. Poner el vino nuevo, vino gnóstico, en odres nuevos, no en odres viejos.
Una mente decrépita, llena de hábitos viejos, de hábitos de hace veinte o treinta años atrás, no está preparada para recibir el vino de la Gnosis. Una mente así, necesita forzosamente pasar por un cambio total, de lo contrario, se está perdiendo el tiempo miserablemente. Con todo esto, ¿qué es lo que queremos? Despertar conciencia, ¿verdad? Esa es la verdad, eso es lo que queremos: despertar. En el mundo oriental no se ignora que la gente está dormida, nadie lo ignora. pero en el mundo occidental la gente cree que está despierta y sin embargo hacen cosas que no quieren hacer. Se lanzan a la guerra pero no quieren ir a la guerra, pero siempre van, aunque no quieran. ¿Por que? Porque están hipnotizados.
Sabemos que si a un sujeto hipnotizado, por ejemplo, le ordenamos que vaya a matar a alguien, va y lo mata. Eso ya está previsto en el Código Penal de todos los países de la Tierra. Así también sucede con las gentes de todas las latitudes, están hipnotizadas pero creen que están despiertas. Si se les dice que ha llegado la hora de ir a la guerra, van a la guerra. No quieren ir pero van. Porque están hipnotizados. Y el hipnotizado, hipnotizado está. Eso es gravísimo, pero tremendamente cierto.
Necesitamos salir del sueño hipnótico, eso es verdad. pero bueno, vamos a ver cómo salimos del sueño hipnótico. Si estamos contentos con nuestros hábitos mentales, con nuestro sistema de razonar, con nuestros hábitos sentimentales, con nuestras distintas costumbres adquiridas por herencia y por la familia, entonces, aunque estemos escuchando, aquí, en esta sala, las enseñanzas, sencillamente estamos perdiendo el tiempo. Pregúntense ustedes a sí mismos para qué han venido. ¿Con qué objeto están ustedes reunidos en esta sala? Si están reunidos aquí por mera curiosidad, vale más que no hubieron venido. Si de verdad les anima el anhelo de cambiar, pero continúan muy contentos con sus viejas normas de pensar, sencillamente e está auto engañando.
Si es que ustedes quieren enganchar el carro de la gnosis a vuestro tren podrido por el tiempo y carcomido hasta el tuétano de los huesos,, pues están haciendo un juego muy tonto que a nada les conduce. Así pues, no nos engañemos a sí mismos. Si ustedes quieren cambiar, seamos serios y cambiemos nuestra forma de pensar. Cada cual tiene una forma de pensar, cada cual cree que su manera de pensar es la más correcta. Pero, en realidad de verdad, las diversas formas de pensar de cada cual o de todos en conjunto, de correcto no tiene nada, puesto que están hipnotizados. ¿Cómo puede pensar correctamente una persona que está hipnotizada? Pero ustedes creen que están pensando correctamente, he ahí vuestro error. Vuestros hábitos mentales no sirven.
Si es que quieren cambiar, bueno, aquí tienen la enseñanza nueva, aquí tienen el vino de la Gnosis. Pero, por favor, traigan odres nuevos para ese vino, no odres viejos. El vino nuevo rompe los odres viejos. Me interesa darles la enseñanza, mis hermanos, pero darla seriamente. Por eso les invito a cambiar vuestra forma de pensar. Acaso ustedes ¿han reflexionado en lo que es la conciencia? ¿ Con qué podríamos comparar lo que es la conciencia? A un foco de luz que se puede dirigir hacia una parte u otra, eso es obvio. Debemos aprender a colocar la conciencia donde debe ser colocada.
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