GradosGrados de comprensión

D.- Maestro, disculpe, siendo indispensable la comprensión de cada yo para ser eliminado, pudiera ponernos usted un ejemplo de lo que es la comprensión de un yo determinado. Porque en eso de comprensión hay muchas escalas, y sí, es bien importante tener el concepto claro de lo que se llama comprensión de fondo. Agradecería un ejemplo, Maestro.

M. Bueno, mi estimable hermano Batarsé, ciertamente, estamos aquí hablando detenidamente sobre la práctica de meditación generalizada para el Lumisial. Otra cosa sería la práctica de meditación para disolver el yo.

Ese ya es un asunto diferente, ¿verdad? Empero, ciertamente, debo decirle que existen distintos grados de comprensión. Yo entiendo por comprensión de fondo, cuando uno ha llegado a aprehender, a capturar la honda significación de tal o cual cosa o de tal o cual defecto de tipo psicológico.

Empero cuando uno no ha llegado así tan lejos, cuando tan solo comprende el proceso, por ejemplo, de la ira o del egoísmo o del odio y nada más, pero que no ha capturado, realmente, su íntimo significado de fondo, hay cierta comprensión pero no es la comprensión de fondo, es una comprensión de superficie.

En todo caso, en esto de la comprensión hay muchos y muchos grados, escalas y escalas, y sistemas y sistemas, niveles y niveles. Porque muchas veces uno ha estudiado un libro y cree que ya lo comprendió y lo lee un año después y resulta que se da cuenta que no lo había comprendido.

Habéis visto mi libro, por ejemplo, el Parsifal, ¿verdad? Pues es un libro para estudiarlo toda la vida, sin embargo, hay gentes que creen que ya lo comprendieron...

Pero cuando lo vuelven a leer, se dan cuenta de que les faltaba comprenderlo más. Y si repiten la lectura años más tarde, se dan cuenta de que no habían entendido nada, que les faltaba todavía comprender. Total, que esto de la comprensión era algo muy elástico.

¿Me pedís ejemplos concretos sobre comprensión? Con el mayor gusto voy a citaros uno, nada más que uno, experimentado en mi mismo, porque me gusta hablar sobre lo que yo mismo he experimentado. Por ejemplo: cierto día metido bajo tierra, dentro de la cámara de reflexión del Sumum Supremum Santuarium, me propuse, mis caros hermanos, comprender aquella Estancia de Dzyan donde se nos habla de el primer instante relacionado con la fecundación de las «aguas caóticas». Intelectualmente siempre habría entendido que el «fuego» hace fecundas a las «aguas» de la vida; eso es obvio.

Intelectualmente había comprendido que el Tercer Logos fecundó las aguas caóticas en el amanecer de la existencia, para que surgiera el Cosmos, mas no había aprehendido su honda significación, necesité de la quietud y el silencio de la mente. En esos instantes, me visitó la maestra Helena Petronila Blavatsky y me dijo que el Tercer Logos dijo a su Esposa: «Id y fecundad la materia caótica para que surja la vida; empero, Tú veras».

Ella me narraba eso, sí, pero faltaba algo más, revivir yo aquello, revivir ese drama. Y lo conseguí a través del Shamâdi: fui testigo de la Aurora de la Creación, vi el instante en que el Primer Logos emanó de si mismo al Tercero, vi el instante en que el Primer Logos ordenó al Tercero, diciendo: «Id y fecunda a tu esposa, la Materia Caótica, para que surja la vida, empero, tú verás». Fui testigo de esa escena. Y es obvio que entonces hubo aprehensión de su honda significación.

El Anciano aquel se inclinó reverente, vestido con un manto azul y luego inició el gran trabajo con los Rituales del Fuego. ¿Me habéis comprendido. En el primer caso solamente había información intelectiva, en el segundo había aprehensión de fondo. En el primer caso había comprensión puramente dijéramos, informativa o intelectiva, en el segundo, verdadera comprensión de fondo Eso es todo.

D.- Gracias Maestro.

D. Me refería a la comprensión de un yo. Usted decía en el Parsifal Develado, sobre la profunda comprensión del yo de la ira, en suma, algo que no recuerdo. ¿Pudiera ser tan amable de explicarnos esa comprensión?

M.- Pues claro, mi estimable hermano Batarsé. Indudablemente, por ejemplo, podemos nosotros comprender lo que es la ira, saber que tenemos ira, haber comprendido realmente todos esos procesos psicológicos en nosotros: como se desarrolla la ira, cuales son sus orígenes, por qué surge ira en nosotros en un momento dado, etc., etc., etc.

Y sin embargo, a pesar de haber comprendido, no haber logrado, sin embargo, capturar la honda significación de la ira. Cuando uno ha captado la honda significación de la ira, pues todo cambia.

Por ejemplo: supongamos que vais manejando tu automóvil y alguien, con otro automóvil, choca contra ti y claro tú tienes un momento de arranque de ira y eso te incomoda ¿verdad? Llegas a casa, meditas, ¿a qué se debió? Posiblemente descubres que fue falta de paciencia, falta de serenidad tuya, falta de dominio de si mismo; nada más, hasta ahí habéis comprendido.

Capturar la honda significación de aquella ira es algo..., vamos mucho más lejos, porque si tú capturas la honda significación de aquella ira, puedes descubrir que ella en si misma no es más que el resultado de la ignorancia.

Vienes a descubrir con asombro místico que tal choque pudo haber sido producido por la Ley del Karma, pero que tú ignorabas la Ley del Karma, tú ignorabas que debías esa deuda kármica. Llegar a saber eso es haber captado la honda significación, ¿de qué, de la ira? Sí, de la ira. Descubriste que esa ira había tenido base en la ignorancia, que ignorabas la Ley del Karma. Al ver como se procesa el Karma, al leer en los Registros Akáshicos de la Naturaleza.

Es claro que en Tercera Cámara recibimos fuerza, porque realmente en la sala de meditación se establece un vórtice de magnetismo extraordinario. Nos cargamos, por decirlo así, de electricidad trascendente. Para seguir con firmeza en nuestras prácticas esotéricas, en casa debemos aprovechar las fuerzas que hemos acumulado y practicar con intensidad la meditación. Es obvio que en la Sala estamos muy asistidos por todas las fuerzas magnéticas.

También es cierto que en casa dependemos de nosotros mismos y de la ayuda de nuestra Madre Divina Kundalini. Las técnicas pueden ser iguales, tanto en casa como en la sala de la meditación, pero en cuanto a la relajación, sí hay una diferencia, porque uno en su casa puede tranquilamente acostarse en el suelo, si quiere, en la posición flamígera o shavasana o en su cama, etc.; y en cambio, en la meditación que tiene lugar en el Lumisial, solo puede estar sentado.

En cuanto al estudio de nuestros defectos psicológicos, el estudio del yo, del mi mismo, para disolverlo, bueno, también pueden hacerse en Tercera Cámara meditaciones de ese tipo, pero en esta conferencia no quiero, propiamente, referirme a eso; únicamente quiero decirles a ustedes que en casa puede uno meditar profundamente en los yoes, es decir, primero descubre uno un defecto, luego trata de comprenderlo a través de la meditación, etc., etc., etc.

Mas no quiero, como digo, enfrascarme en este asunto hoy, porque el objetivo de esta plática es la meditación de Tercera Cámara y el temario que hoy estamos estudiando es la quietud y el silencio de la mente. Para no confundirnos, no quiero mezclar una cosa con otra.

D. Maestro, yo considero que la mente es el instrumento que utilizamos para comprender nuestros defectos, pero debido a sus limitaciones, no podemos profundizar hacia la honda significación de los mismos. Le agradecería sus palabras al respecto de ¿cómo llegar a esa honda significación?

M. ¡Oh! mi estimable hermano Toni, la comprensión es la comprensión y nada tiene que ver con la mente. La comprensión va más al fondo, mi estimable hermano. Debemos equilibrar el Ser y el Saber, ¿verdad? Cuando el Ser está más grande que el Saber, más desarrollado, más poderoso, pues es obvio que entonces, puede que un día llegue, dijéramos, el santo tonto, ¿no? porque le falta sabiduría. Y cuando a su vez, el Saber es exorbitante y el Ser está sin desarrollo de ninguna especie, entonces es peor, de allí viene el bribón.

Así pues, no confundamos la gimnasia con la magnesia. La comprensión es de fondo, pertenece a la Consciencia, consiste en el equilibrio perfecto del Ser y del Saber. Eso es todo.

Samael Aun Weor

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