Los 7 candelerosCandeleros del Arhat

Escuchadme, hermanos de Tercera Iniciación de Misterios Mayores, a vosotros me dirijo.  Ha llegado la hora de encender los siete candeleros del cuerpo mental. "Antes que la llama de oro pueda arder con luz serena, la lámpara debe estar bien cuidada, en lugar libre de todo viento".

Los pensamientos terrenales deben caer muertos ante las puertas del templo.  "La mente que es esclava de los sentidos, hace al alma tan inválida, como el bote que el viento lleva sobre las aguas". Así nos hablan los preceptos de la sabiduría oriental. Escuchadme, oh Maestros de Tercera Iniciación de Misterios Mayores, a vosotros me dirijo. Necesitáis ahora del más puro esfuerzo ígneo.

Debéis levantar ahora vuestra serpiente ardiente del cuerpo mental. Brilla la Estrella de cinco puntas sobre los candeleros del templo de la mente. Entre el chisporrotear de las llamas, habéis penetrado ahora en el templo ardiente del entendimiento cósmico. Vuestros pensamientos flamean entre la vorágine de las llamas. Este es el templo ígneo del ARHAT.

Vuestra mente debe volverse completamente incandescente en el crepitar del fuego. Hay que separar cuidadosamente el humo de las llamas. El humo es tiniebla; las llamas son luz. Hay que practicar Magia-Sexual intensamente, entre el fuego que flamea. Hay que convertir la Mente-Materia en Mente-Cristo. Hay que robarle ahora el fuego a los demonios del mundo mental.

Persevera y no desmayes, hermano mío. Los pedestales de los tronos de los Maestros están hechos de monstruos. Ten fé, hijo mío, y ábrete paso con la espada. Los tenebrosos te cierran el paso. Lánzate contra los tenebrosos con el filo ardiente de tu espada. Véncelos y entrarás en las Cámaras del santo templo del ARHAT. Brilla el Sol y se enciende ahora el candelero de tu plexo solar.

Recibe, hermano Mío, tu recompensa. En el dedo anular de tu cuerpo mental chisporrotea el diamante solar y la argolla ígnea. En tu plexo solar, arde ahora una nueva ROSA ÍGNEA. Los demonios del entendimiento te acechan por todas partes, ¡Oh ARHAT! La serpiente del cuerpo mental, va subiendo ahora por el fino filo de la médula del cuerpo mental.

Hay que dominar la mente, por medio de la voluntad. La mente es la guarida del deseo. Hay que expulsar a los demonios tentadores de nuestro templo, con el látigo terrible de la voluntad. Hay que libertar la mente de toda clase de escuelas, religiones, sectas, partidos políticos, conceptos de patria y de bandera, prejuicios, apetencias y temores.

Hay que libertar la mente de los procesos del razonamiento. Hay que cambiar el proceso del razonamiento por comprensión. No te identifiques con la mente, ¡oh ARHAT! Tú no eres la mente. Tú eres el SER, tú eres el ÍNTIMO. La mente es un potro cerrero, dómalo con el látigo de la voluntad, para que no lance tu carro al abismo.  ¡Ay! del cochero que pierde su carro, habrá que recomenzar su camino.

La ROSA ÍGNEA de tu corazón, es tu sol de justicia. Aprende, ¡Oh ARHAT!, a manejar tu espada. Aprende a separar el humo de las llamas. En todo lo bueno, hay algo de malo. En todo lo malo, hay algo de bueno. Ahora has pasado más allá del bien y del mal. Ahora conoces lo bueno de lo malo, y lo malo de lo bueno.

Entre el incienso de la oración se esconde el delito. Persevera, hijo mío, la serpiente de tu mente va subiendo poco a poco por la médula de tu cuerpo mental. Se abren tus alas ígneas, tus alas eternas. Resplandece tu mente con el fuego sagrado. Persevera y no desmayes, y enciende tus siete candeleros eternos. Adquiere la vista del águila y el oído ardiente. Tus pensamientos flamean ondulantes, entre el aura ardiente del Universo.

Samael Aun Weor  "Rosa Ignea" Capitulo 2 Los Siete Candeleros del Arhat

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