Cultivar la gratitud
Debemos cultivar la gratitud, porque la ingratitud y la traición se hermanan.
Hay que acabar con la envidia, porque de la envidia salen los Judas que venden al Maestro por treinta monedas de plata.
La envidia es la flor venenosa que más abunda entre los tenebrosos pantanos de todas las escuelas espirituales del mundo.
La envidia suele disfrazarse con la toga del juez.
Las cualidades nos darán una rica vida interior; así es como nos preparamos internamente para las grandes disciplinas esotéricas de la mente que flamea entre las llamas abrasadoras del Universo.
Samael Aun Weor. del libro Rosa Ígnea
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